miércoles, 18 de agosto de 2010

Arequipa, Yanahuara, Cayma, Characato, Sabandia

Al día siguiente madrugamos y partimos a la concesionaria de Toyota para hacerle la mantención a la camioneta de los 10 mil kilómetros. Llegamos y el guardia nos dice que es feriado por el cumpleaños de Arequipa, todos con la caña por el manso carrete q se mandaron, nada que hacer, debíamos volver al día siguiente por la mantención.
Como somos vivos nos fuimos de city tour por Arequipa, en el caminos nos topamos con un supermercado, donde compramos cosillas para nuestro desayuno. Llegamos a Yanahuara, que tiene un mirador, en ese momento estaba en remodelación, desde ahí se ve todo Arequipa. Sus calles son antiguas y con arcos, en algunos hay escritos.

También conocimos Cayma, llegamos a su plaza hermosa, la rodean varias construcciones antiguas y una iglesia con unos arcos con diseños bellísimos. Luego fuimos a la Laguna Tigo, pensábamos que era mucho más grande… al bajarnos del carro nos atacaron personas ofreciéndonos cuanto menú tenían, nosotros haciendo que no queríamos, escuchamos a lo lejos, rocotto relleno con pastel de papas!!, mmmmmm, riiiicoo, lo queríamos probar, nos dimos unas vueltas y elegimos el local donde degustaríamos ese plato típico de la zona, hasta lloré con lo fuerte del rocotto y no fui capaz de comérmelo todo, y mi amor de aspiradora man, terminó de engullirse lo que yo no pude.

Partimos nuevamente al city tour y nos fuimos a buscar un molino antiguo, en la búsqueda nos topamos con Characoto y Sabandia, lugares campestres, con harto pasto y vacas. Llegamos al molino de Sabandia, entramos como caballeros por la puerta trasera, al final del recorrido cachamos que había que pagar entrada, así que ahí apretamos cachete al patio del molino… tienen una cascada de agua, mucho pasto, un puente artesanal, y con estos dos chilenitos recostados tomando el sol.
Luego de regalonear un ratito nos dio por lavar la movilidad, a esas alturas tenía el piñén impregnado en la pintura. Con harta paciencia y una cagaita de agua la dejamos impecable. El Pablo hasta se baño en la canal, quedó pasado a caca de vaca, menos mal que usa desodorante el cabrito.

Al día siguiente fuimos nuevamente a la concesionaria, esta vez nos fue mejor, había que sacar hora, lamentablemente no había para ese día y sí para el día siguiente a primera hora. Nos fuimos a un hospedaje que encontramos barato y nos instalamos, sacamos todas las cosas de la camioneta, y la pieza quedó llenísima. Vimos las noticias y el Buenos Días a Todos, jamás lo había visto y me reí con tanta payasa que dicen.

Dejamos la camioneta estacionada y salimos a recorrer la ciudad a pie, tomamos una comby y llegamos al centro de Arequipa, fuimos al mercado, había cualquier cachureooo y tal como en la vega de Santiago, se ve harto flaite. Cerca de ahí compramos un libro de recetas peruanas.

Recorrimos el casco antiguo de la ciudad, la plaza de armas, la catedral, la iglesia de San Francisco, unas ferias artesanales… nos sorprendió el complejo de La Compañía, es un edificio antiguo, muy grande, la construcción fue iniciada por la Compañía de Jesús, el material del complejo es de piedra volcánica, tienen hermosos tallados, hasta el techo tiene una arquitectura y diseño especial. Entramos a la iglesia, en algunos sectores de las paredes se ven restos de pinturas, está así porque hubo un terremoto que destruyó gran parte de la iglesia y del complejo. Dentro de la iglesia vimos un cartelito que dice “Limosna para las almas del purgatorio” (como si ese dinero llegara a las personas más sufridas).

En un quiosco de la plaza vimos la historieta más famosa de Chile, “Condorito”, había una que hasta tenía una bandera de nuestro país.

Se hizo tarde y nos fuimos al hospedaje, aprovechamos de lavar, hervir agua para beber (sale más barato que comprar agua embotellada) y cocinar, lo hicimos a escondidas en el baño, a puerta cerrada para no dejar pasado todo el edificio. Igual nos cacharon que estábamos ocupando más electricidad con el hervidor, se nos anduvieron enojando, pero no hicieron nada más q enojarse.

Finalmente llegó el día en que debíamos ir a hacerle la revisión a la camioneta, a las 8 de la mañana partió el Pablo, estuvimos todo el día metidos en la concesionaria. Menos mal que había una sala de espera y wifi gratis. La camio salió como nueva, con cambio de aceite, nuevo filtro, ruedas rotadas, revisión y ajuste de los frenos… y cuanta cuestión necesaria para no tener problemas mecánicos en el camino.

Nos fuimos al hospedaje y en la mañana siguiente subimos todos los cachureos a nuestro hogar móvil.

Besos

Andre











































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