viernes, 10 de diciembre de 2010

Maracaibo

27 y 28 de Noviembre de 2010

Ya estamos en la República Bolivariana de Venezuela, como ya todos sabemos, el gobierno está presidido por don Hugo Chávez Frías, el cual ha impulsado una revolución socialista, antiimperialista y anticapitalista. Este caballero ya lleva como 10 años en el poder, y al parecer le queda para rato porque dice que su plan de gobierno tiene muchas proyecciones y q estas serán cumplidos en el 2021. Toma! Nosotros aún no podemos hacernos una opinión respecto al gobierno porque llevamos muy poquitos días, pero lo que nos hemos dado cuenta, que el país se encuentra muy politizado y muy polarizado. Todos hablan de política y algunos aman a Chávez y otros lo aborrecen.

Venezuela es un país de muchos contrastes hay personas muy ricas y otras muy pobres. Hemos percibido, que a pesar de que el país tiene inmensos yacimientos de petróleo, que es su principal riqueza, esa riqueza no se ve reflejada. Acá se ven muchos autos viejos, porque por una parte los impuestos q le cobran por tener un auto es bajísimo, por otra parte no se les hace revisión técnica y el combustibles es regalado de barato, a nosotros llenar el estanque de la camioneta nos cuesta menos de 1 dólar, o sea que por menos de 500 pesos chilenos andamos cientos de kilómetros, a diferencia que en Chile llenamos el estanque por más o menos 80 dólares.

Respecto a la moneda da para un capítulo, antes de que nosotros ingresáramos a Venezuela muchos nos advirtieron que acá es mejor llegar con dólares en efectivo y luego cambiarlos a bolívares fuertes, que es la moneda oficial. Nosotros como buenos niños, les hicimos casos a los consejos… trajimos dólares. El cuento es que el gobierno fijó el valor del dólar, por no sé qué cosa, 1 dólar equivale a 4.3 bolívares fuertes o bolos. Además con esto de la chavicosas, se les prohíbe a los ciudadanos adquirir más de 5.000 dólares al año. A raíz de todo esto, se generó un mercado negro, donde la gente vende y compra dólares a un valor más razonable, de acuerdo al precio internacional, nosotros con ayuda de nuestro anfitrión en Maracaibo logramos cambiar, nos dieron 1 dólar a 8 bolos.

Todo el mundo sabe lo del mercado negro de compra-venta de dólares, pero está prohibido publicarlos en medios oficiales, el Pablo encontró una página donde se van dando los valores actuales, pero no se habla del dólar sino q se habla en clave, dicen por ejemplo “el valor de la lechuga fresca es de tanto bolos”, “la lechuga está más fresca en Maracaibo, pero las venden dañadas”, jajaja. Este es el link de la página por si lo quieren ver: http://lechugaverde.com/

Nuestro anfitrión Carlos, es scout y viajero de corazón y abogado de profesión. Ha viajado por casi toda Suramérica por encuentros con scout y también por conocer. Ahora debe estar llegando a Ecuador, se iba en auto por 15 días con algunos amigos. El vive con su madre, Lucre que es abogada, pero ya no trabaja. Es fanática de la navidad, tiene toda la casa adornada, hasta la cortina de baño es de navidad. Además vive en la casa sus hermanos, Luis, que es comunicador social y como diría el Pablo es un chacal del útero y Alfonso que es estudiante y fanático del fútbol.

Ese día en la mañana Carlos nos invitó a pasear por Maracaibo en Tranvía… en realidad era un paseo de los niños de scout y nosotros nos colamos.
En el tranvía iban los niños, los guías scout, el chofer, el guía del tour y nosotros los colados. El guía era divertido, conocimos los lugares más emblemáticos de Maracaibo, los centros comerciales más antiguos, la bola de gas, el barrio antiguo, la plaza y la basílica de nuestra señora de Chiquinquirá, entre otros. Descubrimos que los maracuchos tienen su propio dialecto, tienen palabras que sólo ellos saben q significan, además esa fue la ciudad conde se originaron las famosas gaitas, es un estilo musical bien pachanguero.

Cuando termino el paseo nos fuimos a la casa, allá Lucre, la mamá de la casa, nos preparo una comida muy rica. Nos contó de algunas comidas típicas de acá, como la arepa, que la hacen con todo, las cachapas (tortillas de choclo), y comidas que sólo se comen en diciembre, el pan de jamón (pan relleno con jamón, alcaparras, aceitunas y pasas), las hayacas (que es como un tamal relleno).

Ese día el Pablo se ocupo de comprar los chips para los celulares, pero el pobre estuvo toda la tarde esperando que el “famoso sistema” pudiera registrar los chips, fue un cacho, cómo tan complicado comprar unos simples chips prepago… hasta tuvimos que pedir una identificación a Carlos porque nosotros como chilenos no podemos comprarlos, ni que estuviéramos contratando un plan!!!.

Ya cuando volvimos de ver el tema de los chips era tarde y sólo nos dedicamos a conversar y conectarnos a internec.

Al día siguiente nos levantamos a ordenar nuestras cosas, lavar, ordenar la camioneta y en la tarde fuimos al súper, encontramos un vino chileno más o menos barato y lo tomamos en la tardecita. Luis nos invitó a un carrete… fuimos a un local que se llama Paradiso… nos salió nuestro lado más bohemio, lo más divertido que nosotros dijimos que íbamos por un ratito y nos quedamos hasta las 5 de la mañana… Lo pasamos súper bien, conocimos gente y conversamos mucho.

Ya al otro día nos levantamos a las 12!!! Jajja nunca nos levantamos a esa hora. Después nos fuimos a una fiesta de graduación de un amigo de Carlos, era con piscina, pero yo andaba con tanto sueño dormí toda la tarde, el Pollito aprovecho de bañarse.

Cuando nos devolvíamos a la casa, íbamos en la camioneta del Carlos, pero la estaba manejando Luis…. Se largo un aguacero horrible, no veíamos nada y pa más remate la camioneta no tenía limpiaparabrisas, Luis tuvo que sacar la cabeza para que no chocaramos. Lo más divertido que en ese momento dijimos con el Pollo, pongámonos los cinturones de seguridad… pero las cuestiones estaban malas, se desarmo el sistema…. Y nos quedamos con el cinturón en la mano… al final íbamos afirmados entre nosotros y con las manillas de la camioneta, jajaj.

Con el aguacero la ciudad se transformo, la gente se escondió y nosotros también nos fuimos al refugio a descansar de tanta parranda.


























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