jueves, 9 de diciembre de 2010

Uribia a Maracaibo - Venezuela

25 de Noviembre de 2010

Salimos de Uribia temprano, nuestro propósito ese día era cruzar la frontera hacia Venezuela. Ya nos habían dicho que para cruzar con vehículos es de lunes a viernes y el horario es hasta las 4:30. Pasamos por Maicao, pero como estaba lloviendo mucho no quisimos parar, llegamos a Paraguachón, la frontera misma. Hicimos los trámites en las oficinas de inmigración y aduanas de Colombia y ningún problema. Sólo que habían unos tipos muy hinchapelotas, nos seguían a todo momento, nos ofrecían cambio de dólares, que el seguro, hasta nos ofrecían hacernos los trámites… no entendían que no queríamos nada, les decíamos y nos seguían siguiendo… no necesitábamos ayuda y ellos insistían!!! Finalmente salimos de ahí y cruzamos hacia Venezuela, había una fila inmensa para ingresar con vehículo.

Mientras el Pablo hacia la cola yo fui a preguntar el procedimiento. Son muy desorganizados, horrible. Los policías no sabían donde había que hacer los trámites para el vehículo, sólo estaban revisando, pedían un seguro y no tenían idea donde comprarlo.

La señora q me atendió para hacer los papeles de ingreso, más dispersa, no pescaba, estaba hablando por teléfono. Hasta que al final hizo los papeles pero estaban malos, los tuvo que hacer de nuevo. Mientras, el Pablo estaba en la fila de los autos, saco unas fotos y un militar se le acerco y le pidió que las borrara.

Cuando nos tocó que nos revisaran la camioneta, nos pidieron estacionarnos a un lado, se acerco un policía, nos pidió los documentos, el seguro, pedía cosas pero no cachaba nada. Le abrimos la parte de atrás y miró solamente. Ahí nos dijo que los papeles de la camioneta los debíamos hacer como 4 kilómetros más adelante.

Avanzamos, el camino está malísimos, hay hoyos cada un metro y hay que estar esquivándolos. Entrar por esa frontera fue entrar por otra dimensión, hay muchos autos viejos, casi q no andan pero para ellos es de lo más común.

Cada tantos kilómetros nos paran para pedir los documentos y revisar la camioneta. Llegamos donde debíamos hacer los papeles de la camioneta, se demoran un poco pero está todo en orden. Nos habían dicho que debíamos comprar un seguro por daños a terceros, pero el tipo de la SENIAT, nos dice que el seguro de Colombia nos sirve también en Venezuela, nosotros quedamos extrañados porque habíamos averiguado que ya no servía, no queríamos tener problemas. El señor puso en el papel de ingreso que teníamos permitido ingresar con ese seguro, por si nos lo pedían los policías.

Ya listos con todos los papeles de ingreso seguimos avanzando, la idea era llegar a Maracaibo, donde tendríamos alojamiento. El camino es un poco desolador, está todo inundado, todo bajo agua, los caminos son terribles y los conductores manejan pésimo. Ese sector también corresponde a La Guajira, hay personas de origen wayuu, nos habían dicho que todas los wayuu tienen doble nacionalidad y pueden ir y venir entre las fronteras, porque territorio es de ellos, sólo q está dividida por una frontera de países.

En el próximo pueblo paramos para ver si podíamos cambiar dinero y nada, debemos esperar hasta llegar a Maracaibo. El problema es que nos quedaba poco combustible y no teníamos ni un peso para comprar algo.

Llegamos a Maracaibo y es de locos, entramos por la parte norte, donde está el barrio más pudiente. Debíamos llamar a Carlos, nuestro contacto en la ciudad. Menos mal que la Claudia (la chilena que anda en el escarabajo) nos regalo una tarjeta de teléfono con minutos para llamar. Logramos encontrar una cabina y llamamos a Carlos, nos dio su dirección, era cerca de donde estábamos, llegamos preguntándole a algunas personas.

Carlos nos acogió en su hogar, nos presentó su familia y nos ayudo con algunas cosas.





















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