jueves, 27 de enero de 2011

Paraitepuy del Roraima a Santa Elena de Uairen

6 de Enero de 2011

Nos despertamos temprano, para ver el amanecer, pero esta todo nublado, los tepuy no se quieren dejar ver.

Hay muchos turistas que van a subir al Roraima… conversamos con el guarda parque y nos dice que para subir al tepuy debemos pagarle a un guía que debe ser local, como es temporada alta, un guía por día cobra entre 300 a 500 bolos ($18.000 a $30.000) son mínimo 7 días, tres días para subir, un día para estar arriba del tepuy y 3 días para volver… lástima que no nos alcance el dinero.

Pensamos con el Pablo que lo dejamos para una próxima visita… además nos contaban que en ese momento había demasiada gente en el tepuy, habían 250 personas y más los 100 que subirían ese día… nos recomendó venir a finales de enero que no hay tanta gente y se puede disfrutar más del lugar.

Pero no queríamos irnos sin verlo, aunque fuera desde abajo… nos fuimos caminando a un mirador… esperamos toda la mañana, iban y venían las nubes, algunas cargadas con lluvia… y el tepuy no se dejó ver!!! Y nosotros que soñábamos con verlo de cerquita, pero bueno para otra oportunidad.

Nos despedimos del Roraima, prometiendo que volveríamos y que no se escaparía de nosotros, que subiríamos hasta la cumbre!.
Anduvimos unos kilómetros y regresamos a la ruta principal. Paramos en la Quebrada Pacheco, es un salto de agua grande… hay harta gente, a lo lejos se ven como hormiguitas en el agua. Nos sentamos un ratito para contemplar el agua caer.

Salimos de ese lugar y vemos algunos carteles que dicen “Sr. Alcalde… pare la invasión en Sta. Elena”… la verdad que no tenemos certeza de que se trata, al parecer es por la invasión de turistas que llegan en las vacaciones y dejan la caga!.

En el camino, a lo lejos vemos un puntito amarillo… se va acercando… eran los chiquillos!!!! Paramos al costado de la vía… ni nos imaginábamos que nos íbamos a topar. Esa sí que fue la despedida… estuvimos sólo un ratito porque ellos iban apurados, pero igual nos llenó de emoción poder verlos por última vez, quizás van a pasar años para que nos vemos nuevamente.
Continuamos y nuestra próxima parada es en el Salto Arapena Meru, en ese lugar hacen rafting y es muy fuerte la corriente, por lo mismo no es posible chapotear en el agua.

Al ratito llegamos a la Quebrada Jaspe, un lugar precioso. Es custodiada por una comunidad indígena, que le ha construido senderos para que la gente sólo circule por ese sector. La tienen ordenadita y limpiecita… cobran una entrada simbólica de 2 bolos por persona ($120). Llegamos justo cuando la gente se estaba yendo… caminamos un par de minutos y llegamos a la cascada… es un lugar único… el agua transparente permite ver el color de la piedra, es de color rojo… con la fuerza del agua la piedra se ha ido erosionado… es hermosa!!

Nos sacamos la ropa y al agua… está helada, el frío recorre nuestros cuerpos, pero la disfrutamos… hay más gente y todos nos volvemos niños jugando con el agua.
Se hace tarde… atardece y debemos salir del recinto… nos vamos a casa de Elizabeth que nos va alojar esa noche.


























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