Nos despertamos con la bulla de los camiones… menos mal que teníamos un poco de sombra… si no hubiéramos tenido que salir arrancando muy temprano.
Vamos a conocer las playas de Beberibe, hay una bien famosa que nos dijeron que fuéramos, Morro Branco… luego fuimos a conocer unas erosiones que se hacen en la quebrada de la playa.
Desde ahí podíamos ver toda la playa, las personas y los barquitos tan típicos de acá. También podemos observar que a lo lejos hay un campo eólico, luego nos enteramos que en el norte de Brasil se concentra la mayor cantidad de campos eólicos y que es la principal fuente de energía.
Seguimos nuestro recorrido y pasamos a Praia Do Recanto Verde, el lugar de veraneo de Auridebson, nuestro amigo de Fortaleza… no es muy bonita pero algo tiene y es tranquilidad, no es visitada masivamente por los turistas.
Salimos de esa Praia y nos vamos a Canoa Quebrada, es un pueblito, al parecer era una caleta de pescadores que creció mucho… es como Jericoacoara, como San Pedro, como Montañita, etc. Típico pueblo con harto hippie, artesanía… el pueblo es lindo, pero muy saturado. El símbolo de Canoa Quebrada es una luna y una estrella… la playa es tranquila y hay bastante turismo.
Caminamos por la playa… no nos dan ganas de nadar en el mar, pero igual metemos las patitas al agua. Acá también hay un campo eólico.
Vamos al centro de la ciudad… abro la puerta y miro en el parachoque…. Tenemos vida en la camioneta!!!!... además de la colección de insectos que tenemos se agrega a nuestra familia una planta!!! Es muy linda y todo lo que ha tenido que sufrir para continuar viviendo en su hogar.
Salimos de Canoa Quebrada, queremos ver si podemos llegar a Natal, pero no son demasiados kilómetros… en la ruta vemos varios campamentos… mucha pobreza.
Esa noche buscamos una estación de servicios en un pueblito bien chico, Angicos.
También tenía guardia, así que pudimos dormir tranquilos.
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