En la mañana nos dedicamos a hacer los últimos trámites y también nos dedicamos al internet… sólo con la intención de reportarnos con nuestras familias.
Ya cuando partimos nos fuimos a despedir de Oscar… fue bueno conocerlo, porque de seguro que hubiéramos pasado de largo por esa ciudad si no fuera por él. Nos prestó baño, nos invitó a comer pizza y nos brindó su amistad, además nos regaló varios kilos de palta.
Salimos de Tartagal, paramos en la ruta a comer pan con palta y también para sacar fotos a unas grutitas. Nos llama la atención que están pintadas de color rojo y tienen banderas… al parar en una de ella nos percatamos que son en honor a personas muertas en la ruta y que al mismo tiempo veneran a la muerte como un santo.
Llegamos al Parque Nacional Calilegua… estaba solitario porque era tarde… el parque está ubicado en un sector muy boscoso llamado Yungas… encontramos unos panfletos que nos informan que hay animales como el jaguareté, tucanes, monos, ciervos, etc. Pareciera que es una selva tropical.
Nos instalamos en el sector de camping y armamos nuestro campamento… ni la lluvia ni los mosquitos tienen piedad de nosotros. Esa noche sólo se escuchaba el ruido del río y de la selva.
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