Con los chiquillos no nos paraba la lengua, son tantas cosas en común… había tanto que aprender, compartir y reír.
Pancho y Aymi hicieron un viaje al que le pusieron “Uniendo las tres Américas”, salieron en el 2008 en una estanciera (un jeep antiguo) al que le pusieron “La Celestina”, se demoraron 2 años y medio en pasar por América del Sur, Centro y Norteamérica.
Los chicos son unos valientes, digo que son más valientes que nosotros, dejaron todo atrás y partieron con muy poco dinero a su aventura. Cuando se les acabo el dinero se pusieron a trabajar y aperraron con todo. No es fácil tomar la decisión, partir y permanecer en la ruta… no es fácil. Claro se viven momentos hermosos, se aprende montones pero hay que tener coraje para enfrentar los malos tiempos y eso sólo lo podemos entender los que hemos vivido una experiencia parecida.
Para solventar su viaje escribieron un libro que se puede comprar a través de su página http://uniendolastresamericas.blogspot.com. Ellos llegaron a finales del año pasado a Bahía Blanca y llevan unos meses viviendo en un mismo lugar. Para nosotros fue espectacular conocerlos porque, aunque no lo queramos, a nosotros también nos va a tocar llegar y vivir el golpe de volver a un lugar fijo. A ellos les costó un poco acostumbrarse y cómo no… años viviendo el día a día, pensando en el próximo destino, conociendo nuevas cosas…. Cómo no va a costar y lo digo también por nosotros… no va a ser fácil y creo que cada vez aplazamos más nuestra vuelta…
Pienso en cuando volvamos, va a ser terrible y sé que se va a dar que en vez de que nos pregunten cómo nos sentimos, qué conocimos, qué vivimos… nos van a preguntar y cuándo se van a poner a trabajar, y cuándo van a tener una casa, y cuándo van a tener un auto. La gente tiene la necesidad de que todos estén en la misma “normalidad”, yo ya acepte que soy anormal, jajaj. Bueno, quizás a los chicos también les ocurrió y por eso ellos tienen pensado que en Enero se lanzan de nuevo a un viaje que los llevara por Chile y quizás que otros países.
Aprendimos mucho con ellos, ahora que volvieron a vivir en un lugar fijo, eligieron con pinzas sus trabajos… son dueños de su tiempo y espacio, qué mejor!! Tienen una empresa de Picadas (o tablas de quesos, salames, aceitunas y demases), también hacen pastas caseras y Aymi es profesora de hockey, su pasión.
Los chicos nos entienden, viajeros como nosotros, no nos arman panoramas y nos dejan libres de hacer lo que queramos. Ese día no hicimos mucho más que comer y hablar, jajjaja. Ah! Y como nos querían obligar a descansar nos dejaron encerrados en su departamento. Sólo cuando llegó Pancho de su curso de panadería pudimos salir a conocer el centro.
Como nos dijeron ellos mismos, Bahía Blanca no tiene mucho atractivo, jajaj, pero como nos ha ocurrido otras veces, no nos atrapó la ciudad sino que las personas con las que estamos.
Esa noche compartimos unos ricos canelones que nos prepararon los chicos y más y más conversas.
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28 de Junio de 2011: El Charquicán...
Día de lavado de ropa y labores hogareñas… se nos ocurrió cocinar el famoso charquicán para la cena. El pollito siempre come y esta vez me ayudó a pelar los vegetales, pero es tan perfeccionista con sus cosas que se demoró un siglo en pelar las papas y el zapallo, y se demoró otro siglo más en cortar milimétricamente 1x1 lo ya pelado. Jajja. Lo bueno es que cuando llegaron Aymi y Pancho de sus actividades deportivas nosotros teníamos listo nuestro menú.
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29 de Junio de 2011: El Pan Integral...
Con Aymi y Pancho nos sentimos en confianza… estamos en su casa, con su ritmo y nos encanta, porque tenemos el mismo ritmo, jajaja. Nos levantamos relajados, tomamos desayuno tranquilamente… dormimos y comemos a la hora que queremos.
Ese día con Pancho se nos ocurrió la brillante idea de hacer pan con granos… compramos harina integral y otros granos y manos a la masa. Nos quedaron riquísimos, tenían sésamo, maravilla, linaza, avena, trigo y otras cosas que ya ni me acuerdo. Pancho está haciendo un curso de panadería, no recuerdo quien lo dicta pero es gratis. De esos cursos nunca vamos a encontrar en chilito, que todo se paga.
Después de hacer el pan teníamos la intención de irnos a Sierra de la Ventana, pero se hizo tarde, se largó a llover, así que pospusimos un día la salida.
En la tarde con el Pollito nos bajan las ganas de salir… es la necesidad de hacer algo distinto, así que nos recorrimos todo el centro y casi q nos perdemos porque las calles cambian de nombre y nosotros parece que sin GPS no somos nada.
Cuando baja la temperatura decidimos volver a nuestro refugio.
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