25 de Abril de 2011
Esa mañana nos levantamos con el mejor de los ánimos, debíamos cruzar hacia Bolivia, donde no nos quieren mucho y luego a Argentina.
Con todas nuestras cosas nos fuimos a la oficina de Aduanas… entregamos el permiso de la camioneta en la aduana paraguaya y nos fuimos a hacer los trámites a la boliviana.
Allí sólo debíamos hacer los papeles de la camioneta porque la oficina de migraciones queda a 80 kilómetros de la frontera.
Nos hicieron esperar un rato porque el tipo de aduanas estaba con un cacho de unos camioneros bolivianos que querían ir a Paraguay pero no tenían sus documentos al día.
En la espera salió la conversa de que somos chilenos y de que los chilenos somos winner, que les quitamos el mar y que no le queremos devolver lo que es de ellos y blablablá!! Nosotros les decíamos, por nosotros les entregamos su mar, si es un derecho de los habitantes de la tierra… además le decíamos que no estuvimos en esa guerra y en nuestro país no mandamos.
Menos mal que el tipo de aduanas era simpático y nos dió el permiso rápidamente… nos dijo que una vez un compañero de trabajo hizo esperar todo un día a unos chilenos, sólo por el gusto de verlos enojados. Este aduanaman era buena onda hasta nos dió el permiso por 180 días, jaja y eso que sólo estaríamos unas horas, la primera vez que ingresamos a Bolivia en Julio del año pasado nos dieron un permiso por 30 días.
Además, nos informó que el primer permiso del vehículo (de Julio de 2010) estaba abierto… o sea que nuestro esfuerzo de llegar a la frontera cuando se nos vencía el permiso, no sirvió de nada, grrr!!! Estos Bolis!!!!
En la frontera hay unos tarros que hay que mover para pasar al lado boliviano… la frontera de los dos caminos es notoria, se termina el asfalto y comienza un camino de tierra. En ese mismo límite hay un monolito de Paraguay y un cartel de Bolivia.
Anduvimos unos kilómetros, el Pablo se bajó al baño y nos adelantó una camioneta con unos alemanoparaguayos… menos mal, porque venía un control militar y a ellos los revisaron completitos y nosotros que andábamos con miles de cosas nos salvamos. Aunque ese control fue tenso, porque el Pablo se bajó a mostrar los papeles, estábamos rodeados de milicos bolivianos con armas… decían “son chilenos”, que miedo pasar por ahí.
El camino es de tierra pero está en buen estado… lo más raro es que al ladito del camino por el que vamos hay una ruta nuevita, asfaltada pero hay un montón de troncos que obstruyen la pasada… no sabemos porque no la ocupan y tampoco tenemos intenciones de averiguar.
Después de unos kilómetros llegamos a la oficina de Migraciones… cuando nosotros llegamos los alemanoparaguayos van saliendo… se nota que pasaron por ahí, porque en todas las oficinas van dejando un litro de leche y galletas, jajja.
Seguimos el camino de tierra hasta que nos topamos con la ruta asfaltada que llega Villamontes… a lo lejos divisamos un auto viejo, pero cuando nos acercamos nos dimos cuenta de que era una carreta antigua… llevaba a 4 alemanes vestidos con ropas antiguas, deben ser menonitas. También vimos un auto que va cargado con patas de vacas y con carnes, casi que va dejando una estela de sangre.
Cuando llegamos a Villamontes nos encontramos con una ciudad totalmente diferente a las comunes ciudades de Bolivia… nos topamos con una ciudad con calles pavimentadas, con plazas, con un centro, con un mercado nuevo… todos los autos que andan en la ciudad son nuevos… después cachamos que es una ciudad donde hay hartas lucas por la extracción de petróleo.
De muy temprano comenzamos con los malos ratos… primero porque la casa de cambio estaba cerrada y cuando la abrieron no querían cambiarnos unos dólares… el Pablo lo intentó y le dijeron que estaban en mal estado y nosotros mirábamos los billetes y no encontrábamos que están ni rotos, ni desteñidos, hasta parecían nuevos. Después lo intenté yo, y claro como el cajero era hombre, tuve que usar mi simpatía… al final nos cambiaron todos los dólares. Menos mal porque teníamos que comprar combustible… ese fue otro mal rato… no nos querían vender y los que decían que sí, nos mostraban un cartelito donde salía que el precio para placas extranjeras era de 7,81 bolivianos, unos 650 pesos chilenos, es decir más caro que Brasil o que en cualquier otro país de Sudamérica!!!! Qué rabia!!! Bueno y como necesitábamos avanzar y no teníamos mucho dinero se nos ocurrió ir con un bidón de 20 litros a la bomba… no iban a ver la patente extranjera… fui yo porque soy mujer y el bombero es hombre y se le puede sonreír, jajaj. Ni hable, sólo lo mire y le dije lleno, no quería que cachara el acento. Salió todo bien… el Pablo hizo el segundo intento de cargar así, pero no lo pescaron ni en bajada y como hombre no podía sonreírle al bombero.
Ahhh!! En la ciudad vimos unos carteles de Américo!!! Nuestro cantante estrella!! Iba a estar en concierto en los próximos días, jajaj. Hasta en la radio se escucha su música… qué emoción!!!
Salimos de Villamontes con unas ganas inmensas de salir de Bolivia… cruzamos el puente del Río Pilcomoyao… a la salida del puente hay un peaje… de los típicos de Bolivia… una caseta con una cuerda. El Pablo paga el respectivo valor del peaje y el policía le pide dinero, el Pablo le dice que no y el poli le pide el botiquín… más malos ratos!
Menos mal que no pasó a mayores la cosa.
Luego de un rato llegamos a Yacuiba, la ciudad fronteriza con Argentina, por fin!!!
Tuvimos que hacer la misma maniobra para conseguir combustible, fui con el bidón de 20 litros y la mejor sonrisa a la estación de servicio. Había un cartel donde decía que no se vendía combustible en garrafas, pero era hombre y débil, por no decir weón, así q en menos de un minuto lo convencí de que me vendiera, jajaj.
Nos bajó el hambre y fuimos por comida chatarra… como Bolivia es tan barato nos fuimos a un restorant.
Se hizo de noche y no queríamos quedarnos en Bolivia, así que partimos a la frontera… es una calle que une Bolivia con Argentina… en esa calle hay mucho comercio y estaba todo sucio.
Para nuestra mala suerte estaban pasando los camiones y tuvimos que hacernos espacio para pasar al otro país. En la frontera de Bolivia ni un drama, porque sólo debíamos dejar papeles y timbrar pasaportes. Fue en la Argentina donde seguimos teniendo malos ratos… en ese momento dijimos con el Pablo… el día de mierda!!!!
Hicimos los papeles, pero al simpático de la aduana se le ocurrió la brillante idea de revisar la camio. Nos hizo bajar todas nuestras cosas para pasarlas por la máquina de rayos x. Parece que disfrutaba vernos acarrear las cosas, vernos pasarlas por la maquinita y vernos de guardia de nuestras propias cosas para que no nos robaran nada.
Lo que nos dió más rabia, es que después de dos horas haciendo eso, el tipo nos dice que mejor pasemos la camioneta entera por la máquina de rayos x que ocupan para los camiones!!!! Ahhh!! Qué rabia!! Más encima se estaciona un auto de argentinos y no le revisaron nada!!!!
Ya eran las 11 de la noche y lo único que queríamos era descansar… después que logramos meter todas las cosas a la camio nos fuimos en busca de un lugar para descansar… luego de unos cuantos kilómetros encontramos una garita de gendarmería y pedimos permiso para pasar la noche en el patio… y lo bueno es que dijeron que sí!
Estábamos tan cansados que apenas tuvimos energías para armar la cama.
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