Exactamente hace un mes que retorné al mundo laboral de
manera más formal, luego de un período de unos cuatro años y cinco meses en el
cual me dediqué a viajar y vivir la vida más a concho. Nuestro viaje duró
alrededor de un año y medio, y luego a la vuelta realizamos algunos trabajos
“informales” y esporádicos, los que nos ayudaron a vivir la vida bien relajada.
Cuando cruzamos a Chile viniendo de Bariloche sabíamos que
ya estábamos en el tramo final de nuestra aventura, nos estábamos acercando al
punto de inicio del viaje y además el dinero comenzaba a escasear. Lo bueno es
que en Chiloé y subiendo por Chile desde Puerto Montt tendríamos muchos lugares
donde llegar y prácticamente nuestros gastos se concentrarían sólo en
combustible. Yo creo que nos quedaban como 100 lucas, así es que por lo mismo
decidimos viajar desde el sur eludiendo todos los peajes!; para los que no
saben, Chile está plagado de peajes y no son económicos, por cada uno hay que
desembolsar unos cuatro dólares y entre Puerto Montt y Santiago deben haber
unos 12 por lo menos. Así que nos vinimos por la costa conejeando. En Talca nos
esperaban el Pablo y la Claudia (https://es-la.facebook.com/desdechile.hastaalaska), nuestros amigos viajeros
que conocimos en Guayaquil pal 18 de Septiembre. Ya a esas alturas nos quedaban
como 20 lucas, así que algo debíamos hacer para llegar a nuestros hogares. Los
chiquillos habían llegado hace poco también, así que nos contaron todas sus
experiencias de lo que había sido el regreso, que no había sido fácil y que más
encima el boby, el escarabajo en el que viajaron, estaba retenido en la aduana
por la falta de un papel… en fin, les cuento esto porque gracias a los
chiquillos es que nació nuestro primer trabajo!!!. Como era fines de Noviembre,
la Claudia aprovecho esta situación para hacer panes de pascua y venderlos, nos
contaba que le iba bastante bien con la venta, así que como a la negra también
le gusta esto de la amasandería, se envalentonó y tomó un curso express de
panes de pascua con la Claudia!. Ya en un par de días había logrado su receta
personal y algo de producción!. Si bien yo no le pego mucho al amasao, mis
labores de publicista y vendedor comenzaban a aflorar, así que tomé algunas
fotos a los panecillos y comenzamos a mandarles a los amigos y a publicarlas
por las redes sociales!... fue tan efectiva la publicidad que Rengo, la ciudad
natal de la negrita, se convirtió en el lugar de producción del pan de pascua,
mientras que yo me los llevaba a Santiago y los salía a repartir en bicicleta,
la que equipé con un tremendo canasto en la parrilla donde podía meter por lo
bajo unos 20 panes!. Me encantaba mi nuevo trabajo, porque volví a retomar mis
andanzas en bicicleta, aprovechaba de recorrer la ciudad viendo lo que había
cambiado en un año y medio, y además me daba la oportunidad de visitar a mucha
gente que ha trascendido de alguna forma en mi vida.
Negrita y la Receta Milenaria
El producto terminado
Bueno en uno de esos trayectos de venta del pan fue como se
inició nuestro segundo trabajo volviendo del viaje; como les conté en el
capítulo anterior, fue por la curiosidad de ir a visitar a mis ex colegas de
trabajo a una consultora donde había trabajado. Ahí el Rupe nos ofreció trabajo
a mi y a la negra, donde empezamos como exploradores.
Este trabajo era realmente envidiable!, consistía en
recorrer a caballo una zona de Junta Valeriano (cordillera de Vallenar) por
unos seis días, donde nuestra pega consistiría en almacenar los tracks del
recorrido y tomar hartas fotografías, con el objetivo de facilitar el acceso
futuro de los profesionales que irían al lugar. Además deberíamos preparar la
campaña para acampar y vivir esos seis días en la cordillera, que mejor!. En
esa ocasión nos acompaño el Carlos, un man de la consultora que también estaba
comenzando a laburar en esa empresa. Asi que junto con Pedro, Danilo, Manuel y
sus doce animales las emprendimos en esta nueva pega. Fuimos privilegiados de
recorrer unos parajes increíbles, que probablemente jamás volveremos a ver en
nuestras vidas pero que siempre llevaremos en nuestros recuerdos. Don Pedro nos
contaba las historias de las Murray, unas viejitas que eran las dueñas de esos
campos y que en sus épocas gloriosas inclusive llegaron a ser unos de los
productores agrícolas y ganaderos más importantes de la zona, sin embargo el
cambio en las condiciones climáticas y la sobrexplotación del recurso agua
hicieron caer en decadencia estas tierras, donde sólo quedan vestigios de estas
actividades y algunas ruinas de las casas de estas señoras y sus trabajadores.
Don Pedro, el arriero con más experiencia que nos acompaño en esta labor,
trabajó desde joven en esas tierras, siendo el trabajador de confianza del Sr.
Murray, quien luego le heredo esas tierras a sus hijas… Los seis días de
“trabajo” se nos pasaron volando con las historias de Don Pedro, y cuando nos
bajamos de los caballos fue extraño, como que nuestro cuerpo ya se había
adaptado y amoldado a los animales, jajaja, ahí comprendimos el famoso dicho
del bajate del caballo…
Por la cordillera de Vallenar
Negrita bajando al valle
Danilo y Don Pedro preparando los mulares
Danilo, Manuel, Silvia, Carlos, Don Pedro, Px, Negrita y la nieta
Luego de entregar este trabajo el Rupe nos ofreció seguir en
la consultora, esta vez trabajaríamos para el proyecto minero El Morro, que
también se ubica en la cordillera de Vallenar. En esta ocasión la pega
consistía en el “rescate de fauna de baja movilidad”, que en palabras simples
consiste en relocalizar roedores y lagartijas a un hábitat similar al que se
encontraban. Resulta que el proyecto minero necesitaba construir un camino de
acceso de unos 150 km y además realizar perforaciones y otras obras mineras,
donde naturalmente habitaban estos bichos. Entonces como algunos de estos
bichos son únicos de estas zonas, la ley ambiental los protege y les exige a
las empresas esto del rescate. Con la Negra la verdad es que de fauna no
sabíamos casi nada, pero por suerte nos tocó trabajar con excelentes
profesionales relacionados a la fauna, de los cuales estamos muy agradecidos
por todo lo que nos enseñaron. Fue así como fuimos descubriendo el fascinante
mundo de las lagartijas y ratones, gracias a la paciencia del David Avaca, que
es como una biblioteca con patas, puta que sabe weas este man!... aprendimos a
manipular los bichos con respeto, gracias a las técnicas del Felipe y del
Franco. Conocimos a gente nativa que nos ayudaba en el rescate, como Don José,
que en un principio le tenía terror a los ratones y terminó encariñándose con
ellos. Un día fuimos a hacer un rescate a un pozo de perforación justo en
frente de una quebrada donde se proyectaba instalar el tranque de relaves… ahí
una chica que trabajaba también en el proyecto nos cuenta que esa quebrada
llevaba agua de forma permanente, que también hay sitios arqueológicos y mucha
flora y fauna, pero que lamentablemente estaba destinada a desparecer… unos
días después fuimos a visitar la quebrada, y ahí decidimos con la negra retirarnos
de este proyecto, no queríamos ganarnos las lucas trabajando para una minera
que iba a dejar la caga ambiental en esa quebrada, no queríamos ser cómplices
de ese acto criminal en contra la naturaleza, sabiendo que habían sitios más
adecuados para depositar esa mierda. De todas formas nos fuimos muy agradecidos por todo el
aprendizaje… luego de unos meses el Rupe me ofrece seguir trabajando en
terrenos, pero para proyectos de menor envergadura e impacto ambiental, así que
me convertí de rescatista de fauna a un caracterizador de parcelas de muestreo,
donde la labor consistía en contar y medir plantas… la verdad es que esta pega
era un poco monótona, y dadas mis características de hiperactividad e
inquietud, me aburría un poco… por suerte sólo hice eso una pura campaña de
terreno, ya que luego me dedique a coordinar equipos de trabajo, donde me toco
ser “jefe”, coordinar temas logísticos de las campañas, dictar charlas de
seguridad, entre otras cosas.
Aprendí muchas cosas nuevas y también me fueron otorgados muchas “aceditaciones”, muchos papeles que me validaron como un buen profesional apto para trabajar en condiciones de altura geográfica y para manejar vehículos 4x4 en faenas mineras. Así que me convertí en un Todólogo, me podía adaptar a la pega que me pusieran en frente sin problemas. Entonces comencé a apoyar a los manes de flora y fauna en el levantamiento de información para las líneas de base, además tenía el título de conductor profesional, sabía de tecnologías, de GPS, de fotografía, de electrónica, de mecánica básica, de seguridad, de construcción, de bicis, de permacultura y pa mas cagarla cargaba desde mi pasado el título de “especialista en SIG”… todo esto mezclado con vivir un año y medio recorriendo un continente y mil historias para contar… Así que en esta etapa volví a conocer a muy buenas personas que me fueron forjando como un nuevo profesional y persona, y nunca esta demás agradecerle esto a la Carmen y su alegría y humor, a la Antonella y a la Kate su disciplina de trabajo, a la Misque, al Juan, a la Paty y la Jose por la pasión que le ponen a su oficio, al Cristian y sus ganas de hacer bien las cosas, al Pedro Pablo y su sabiduría y consejos, la inocencia y honestidad del Nico, la confianza y sinceridad de la Jessica y la María Paz, en fin… un lindo período que lamentablemente se terminó por unos malos entendidos, falta de comunicación, exceso de proactividad y ganas de hacer las cosas bien, siempre velando por el cuidado del medio ambiente.
Luego de esto me hice cargo de mi persona y por un problema en una de mis rodillas decidí operarme, así que por un período me alejé nuevamente del trabajo y entre otras cosas comenzamos a construir nuestro hogar. Justo cuando comenzó a escasear el dinero sonó mi teléfono… esta vez no era el Rupe, sino que Amaro, un ex colega que tuve la oportunidad de conocer en mis andanzas por el Sernageomin. El Amaro es una persona bien especial, como buen geólogo es amante de la naturaleza, de la música y otras hierbas, y si lo ves por primera vez y gracias a los prejuicios caería en la categoría de jipi. Bueno, el Amaro me llamaba para preguntarme si es que estaba trabajando y si tenía ganas de apoyarlos a ellos, ya que con Karen, su pareja, habían creado una pequeña consultora dedicada a la paleontología, donde necesitaban apoyo logístico y en la conducción en terrenos difíciles. Así que gracias al equilibrio de la naturaleza el trabajo nuevamente estaba llegando en el momento más indicado. En este nuevo desafío logré aplicar nuevamente todas mis habilidades de Todólogo, y me inserté en un nuevo mundo de aprendizaje, la Paleontología y los fósiles. Así fue como salimos a recorrer con el Amaro y la Saleta distintos rincones de nuestro país, en busca de hallazgos paleontológicos, y tuve mi primer encuentro cercano con los amonites, los bivalvos, los gastrópodos, las turritelas, los dientes de tiburón y huesos de ballenas. Gracias a este nuevo trabajo logramos generar lucas para seguir con la construcción de nuestro hogar, ya que los fondos que logramos con la venta de la camioneta ya habían desaparecido a estas alturas.
Aprendí muchas cosas nuevas y también me fueron otorgados muchas “aceditaciones”, muchos papeles que me validaron como un buen profesional apto para trabajar en condiciones de altura geográfica y para manejar vehículos 4x4 en faenas mineras. Así que me convertí en un Todólogo, me podía adaptar a la pega que me pusieran en frente sin problemas. Entonces comencé a apoyar a los manes de flora y fauna en el levantamiento de información para las líneas de base, además tenía el título de conductor profesional, sabía de tecnologías, de GPS, de fotografía, de electrónica, de mecánica básica, de seguridad, de construcción, de bicis, de permacultura y pa mas cagarla cargaba desde mi pasado el título de “especialista en SIG”… todo esto mezclado con vivir un año y medio recorriendo un continente y mil historias para contar… Así que en esta etapa volví a conocer a muy buenas personas que me fueron forjando como un nuevo profesional y persona, y nunca esta demás agradecerle esto a la Carmen y su alegría y humor, a la Antonella y a la Kate su disciplina de trabajo, a la Misque, al Juan, a la Paty y la Jose por la pasión que le ponen a su oficio, al Cristian y sus ganas de hacer bien las cosas, al Pedro Pablo y su sabiduría y consejos, la inocencia y honestidad del Nico, la confianza y sinceridad de la Jessica y la María Paz, en fin… un lindo período que lamentablemente se terminó por unos malos entendidos, falta de comunicación, exceso de proactividad y ganas de hacer las cosas bien, siempre velando por el cuidado del medio ambiente.
"Supervisando"
Px, David, Don José y Franco
Negrita, Px, David y Nico
Px, Jessica, María Paz, María José, Criatian y los manes
Los Pokemon
Px, Daniel, Enrique y Cristian
Luego de esto me hice cargo de mi persona y por un problema en una de mis rodillas decidí operarme, así que por un período me alejé nuevamente del trabajo y entre otras cosas comenzamos a construir nuestro hogar. Justo cuando comenzó a escasear el dinero sonó mi teléfono… esta vez no era el Rupe, sino que Amaro, un ex colega que tuve la oportunidad de conocer en mis andanzas por el Sernageomin. El Amaro es una persona bien especial, como buen geólogo es amante de la naturaleza, de la música y otras hierbas, y si lo ves por primera vez y gracias a los prejuicios caería en la categoría de jipi. Bueno, el Amaro me llamaba para preguntarme si es que estaba trabajando y si tenía ganas de apoyarlos a ellos, ya que con Karen, su pareja, habían creado una pequeña consultora dedicada a la paleontología, donde necesitaban apoyo logístico y en la conducción en terrenos difíciles. Así que gracias al equilibrio de la naturaleza el trabajo nuevamente estaba llegando en el momento más indicado. En este nuevo desafío logré aplicar nuevamente todas mis habilidades de Todólogo, y me inserté en un nuevo mundo de aprendizaje, la Paleontología y los fósiles. Así fue como salimos a recorrer con el Amaro y la Saleta distintos rincones de nuestro país, en busca de hallazgos paleontológicos, y tuve mi primer encuentro cercano con los amonites, los bivalvos, los gastrópodos, las turritelas, los dientes de tiburón y huesos de ballenas. Gracias a este nuevo trabajo logramos generar lucas para seguir con la construcción de nuestro hogar, ya que los fondos que logramos con la venta de la camioneta ya habían desaparecido a estas alturas.
Px y Amaro trabajando
Hace pocos meses se nos juntaron dos factores relevantes que
me hicieron tomar una decisión más radical en lo laboral, no estaban saliendo
campañas de terreno y además necesitábamos dinero para solventar algunas deudas
que se nos originaron por la construcción de la casa. Así que por primera vez
en mi vida profesional me vi en la obligación de salir en busca de trabajo. Así
que prepare mi currículo y me fui a golpear puertas. En mis vueltas pasé por el
Sernageomin y por algunas consultoras donde algún contacto tenía, sin embargo
mi vuelta no fue muy larga, ya que el mismísimo Amaro y la Karen me llamaron
por teléfono, y sabiendo en parte mi situación me dieron la oportunidad de
pertenecer a la consultora; lo más increíble es que me daban la oportunidad de
trabajar un par de días a la semana en labores de “oficina”, y además, seguir yendo
a las campañas a terreno cuando estas salieran, así es que esto me daba la oportunidad
además de seguir construyendo la casa en Pueblo Hundido. Así es que ya desde
hace un mes que estoy trabajando con los cabros en una pega más “formal”
con un contrato parcial. Dentro de este mes he tenido la oportunidad de
compartir con la Saleta y el Leo, ambos paleontólogos. Además conocí a la
Karen, nuestra jefa, que para mi era un misterio porque antes me llamaba por
teléfono para salir a los terrenos pero después de como tres meses la conocí en
persona.
Algo que nos caracteriza es que todos hemos llegado a trabajar buscando nuevos horizontes, la Saleta se vino de España arrancando de la crisis económica, el Leo se vino de la Patagonia a replantear su vida y a reforzar sus conocimientos paleontológicos, la Débora cruzó la “cordishera” a probar suerte en Chile y hace poco se unió al equipo, y yo salí de Pueblo Hundido a reinventarme profesionalmente... Y bueno el Amaro y la Karen son nuestros jefes que iniciaron este proyecto.
Px tamizando
Algo que nos caracteriza es que todos hemos llegado a trabajar buscando nuevos horizontes, la Saleta se vino de España arrancando de la crisis económica, el Leo se vino de la Patagonia a replantear su vida y a reforzar sus conocimientos paleontológicos, la Débora cruzó la “cordishera” a probar suerte en Chile y hace poco se unió al equipo, y yo salí de Pueblo Hundido a reinventarme profesionalmente... Y bueno el Amaro y la Karen son nuestros jefes que iniciaron este proyecto.
Bueno y para cerrar este capítulo, les cuento que lo he
redactado en mi trabajo!!!, en estos momentos andamos con el Leo haciendo
prospecciones paleontológicas por la cordillera de Antofagasta, y como en esta
ocasión no tengo acreditación para manejar en este proyecto, otros manes lo
hacen x mi... Y como no puedo quedarme tranquilo me dedico a escribir para
contarles de mis vivencias laborales mientras nos trasladamos!, nos leímos!.
Px reporteando
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