lunes, 8 de septiembre de 2014

El retorno del viaje, parte 2… La vuelta al mundo laboral (mi currículo informal)

Exactamente hace un mes que retorné al mundo laboral de manera más formal, luego de un período de unos cuatro años y cinco meses en el cual me dediqué a viajar y vivir la vida más a concho. Nuestro viaje duró alrededor de un año y medio, y luego a la vuelta realizamos algunos trabajos “informales” y esporádicos, los que nos ayudaron a vivir la vida bien relajada.

Cuando cruzamos a Chile viniendo de Bariloche sabíamos que ya estábamos en el tramo final de nuestra aventura, nos estábamos acercando al punto de inicio del viaje y además el dinero comenzaba a escasear. Lo bueno es que en Chiloé y subiendo por Chile desde Puerto Montt tendríamos muchos lugares donde llegar y prácticamente nuestros gastos se concentrarían sólo en combustible. Yo creo que nos quedaban como 100 lucas, así es que por lo mismo decidimos viajar desde el sur eludiendo todos los peajes!; para los que no saben, Chile está plagado de peajes y no son económicos, por cada uno hay que desembolsar unos cuatro dólares y entre Puerto Montt y Santiago deben haber unos 12 por lo menos. Así que nos vinimos por la costa conejeando. En Talca nos esperaban el Pablo y la Claudia (https://es-la.facebook.com/desdechile.hastaalaska), nuestros amigos viajeros que conocimos en Guayaquil pal 18 de Septiembre. Ya a esas alturas nos quedaban como 20 lucas, así que algo debíamos hacer para llegar a nuestros hogares. Los chiquillos habían llegado hace poco también, así que nos contaron todas sus experiencias de lo que había sido el regreso, que no había sido fácil y que más encima el boby, el escarabajo en el que viajaron, estaba retenido en la aduana por la falta de un papel… en fin, les cuento esto porque gracias a los chiquillos es que nació nuestro primer trabajo!!!. Como era fines de Noviembre, la Claudia aprovecho esta situación para hacer panes de pascua y venderlos, nos contaba que le iba bastante bien con la venta, así que como a la negra también le gusta esto de la amasandería, se envalentonó y tomó un curso express de panes de pascua con la Claudia!. Ya en un par de días había logrado su receta personal y algo de producción!. Si bien yo no le pego mucho al amasao, mis labores de publicista y vendedor comenzaban a aflorar, así que tomé algunas fotos a los panecillos y comenzamos a mandarles a los amigos y a publicarlas por las redes sociales!... fue tan efectiva la publicidad que Rengo, la ciudad natal de la negrita, se convirtió en el lugar de producción del pan de pascua, mientras que yo me los llevaba a Santiago y los salía a repartir en bicicleta, la que equipé con un tremendo canasto en la parrilla donde podía meter por lo bajo unos 20 panes!. Me encantaba mi nuevo trabajo, porque volví a retomar mis andanzas en bicicleta, aprovechaba de recorrer la ciudad viendo lo que había cambiado en un año y medio, y además me daba la oportunidad de visitar a mucha gente que ha trascendido de alguna forma en mi vida.

Negrita y la Receta Milenaria 

El producto terminado

Bueno en uno de esos trayectos de venta del pan fue como se inició nuestro segundo trabajo volviendo del viaje; como les conté en el capítulo anterior, fue por la curiosidad de ir a visitar a mis ex colegas de trabajo a una consultora donde había trabajado. Ahí el Rupe nos ofreció trabajo a mi y a la negra, donde empezamos como exploradores.

Este trabajo era realmente envidiable!, consistía en recorrer a caballo una zona de Junta Valeriano (cordillera de Vallenar) por unos seis días, donde nuestra pega consistiría en almacenar los tracks del recorrido y tomar hartas fotografías, con el objetivo de facilitar el acceso futuro de los profesionales que irían al lugar. Además deberíamos preparar la campaña para acampar y vivir esos seis días en la cordillera, que mejor!. En esa ocasión nos acompaño el Carlos, un man de la consultora que también estaba comenzando a laburar en esa empresa. Asi que junto con Pedro, Danilo, Manuel y sus doce animales las emprendimos en esta nueva pega. Fuimos privilegiados de recorrer unos parajes increíbles, que probablemente jamás volveremos a ver en nuestras vidas pero que siempre llevaremos en nuestros recuerdos. Don Pedro nos contaba las historias de las Murray, unas viejitas que eran las dueñas de esos campos y que en sus épocas gloriosas inclusive llegaron a ser unos de los productores agrícolas y ganaderos más importantes de la zona, sin embargo el cambio en las condiciones climáticas y la sobrexplotación del recurso agua hicieron caer en decadencia estas tierras, donde sólo quedan vestigios de estas actividades y algunas ruinas de las casas de estas señoras y sus trabajadores. Don Pedro, el arriero con más experiencia que nos acompaño en esta labor, trabajó desde joven en esas tierras, siendo el trabajador de confianza del Sr. Murray, quien luego le heredo esas tierras a sus hijas… Los seis días de “trabajo” se nos pasaron volando con las historias de Don Pedro, y cuando nos bajamos de los caballos fue extraño, como que nuestro cuerpo ya se había adaptado y amoldado a los animales, jajaja, ahí comprendimos el famoso dicho del bajate del caballo…

Por la cordillera de Vallenar

Negrita bajando al valle

Danilo y Don Pedro preparando los mulares

Danilo, Manuel, Silvia, Carlos, Don Pedro, Px, Negrita y la nieta

Luego de entregar este trabajo el Rupe nos ofreció seguir en la consultora, esta vez trabajaríamos para el proyecto minero El Morro, que también se ubica en la cordillera de Vallenar. En esta ocasión la pega consistía en el “rescate de fauna de baja movilidad”, que en palabras simples consiste en relocalizar roedores y lagartijas a un hábitat similar al que se encontraban. Resulta que el proyecto minero necesitaba construir un camino de acceso de unos 150 km y además realizar perforaciones y otras obras mineras, donde naturalmente habitaban estos bichos. Entonces como algunos de estos bichos son únicos de estas zonas, la ley ambiental los protege y les exige a las empresas esto del rescate. Con la Negra la verdad es que de fauna no sabíamos casi nada, pero por suerte nos tocó trabajar con excelentes profesionales relacionados a la fauna, de los cuales estamos muy agradecidos por todo lo que nos enseñaron. Fue así como fuimos descubriendo el fascinante mundo de las lagartijas y ratones, gracias a la paciencia del David Avaca, que es como una biblioteca con patas, puta que sabe weas este man!... aprendimos a manipular los bichos con respeto, gracias a las técnicas del Felipe y del Franco. Conocimos a gente nativa que nos ayudaba en el rescate, como Don José, que en un principio le tenía terror a los ratones y terminó encariñándose con ellos. Un día fuimos a hacer un rescate a un pozo de perforación justo en frente de una quebrada donde se proyectaba instalar el tranque de relaves… ahí una chica que trabajaba también en el proyecto nos cuenta que esa quebrada llevaba agua de forma permanente, que también hay sitios arqueológicos y mucha flora y fauna, pero que lamentablemente estaba destinada a desparecer… unos días después fuimos a visitar la quebrada, y ahí decidimos con la negra retirarnos de este proyecto, no queríamos ganarnos las lucas trabajando para una minera que iba a dejar la caga ambiental en esa quebrada, no queríamos ser cómplices de ese acto criminal en contra la naturaleza, sabiendo que habían sitios más adecuados para depositar esa mierda. De todas formas nos fuimos muy agradecidos por todo el aprendizaje… luego de unos meses el Rupe me ofrece seguir trabajando en terrenos, pero para proyectos de menor envergadura e impacto ambiental, así que me convertí de rescatista de fauna a un caracterizador de parcelas de muestreo, donde la labor consistía en contar y medir plantas… la verdad es que esta pega era un poco monótona, y dadas mis características de hiperactividad e inquietud, me aburría un poco… por suerte sólo hice eso una pura campaña de terreno, ya que luego me dedique a coordinar equipos de trabajo, donde me toco ser “jefe”, coordinar temas logísticos de las campañas, dictar charlas de seguridad, entre otras cosas.

Aprendí muchas cosas nuevas y también me fueron otorgados muchas “aceditaciones”, muchos papeles que me validaron como un buen profesional apto para trabajar en condiciones de altura geográfica y para manejar vehículos 4x4 en faenas mineras. Así que me convertí en un Todólogo, me podía adaptar a la pega que me pusieran en frente sin problemas. Entonces comencé a apoyar a los manes de flora y fauna en el levantamiento de información para las líneas de base, además tenía el título de conductor profesional, sabía de tecnologías, de GPS, de fotografía, de electrónica, de mecánica básica, de seguridad, de construcción, de bicis, de permacultura y pa mas cagarla cargaba desde mi pasado el título de “especialista en SIG”… todo esto mezclado con vivir un año y medio recorriendo un continente y mil historias para contar… Así que en esta etapa volví a conocer a muy buenas personas que me fueron forjando como un nuevo profesional y persona, y nunca esta demás agradecerle esto a la Carmen y su alegría y humor, a la Antonella y a la Kate su disciplina de trabajo, a la Misque, al Juan, a la Paty y la Jose por la pasión que le ponen a su oficio, al Cristian y sus ganas de hacer bien las cosas, al Pedro Pablo y su sabiduría y consejos, la inocencia y honestidad del Nico, la confianza y sinceridad de la Jessica y la María Paz, en fin… un lindo período que lamentablemente se terminó por unos malos entendidos, falta de comunicación, exceso de proactividad y ganas de hacer las cosas bien, siempre velando por el cuidado del medio ambiente.

 "Supervisando"

Px, David, Don José y Franco 

Negrita, Px, David y Nico 

Px, Jessica, María Paz, María José, Criatian y los manes 

Los Pokemon 

Px, Daniel, Enrique y Cristian

Luego de esto me hice cargo de mi persona y por un problema en una de mis rodillas decidí operarme, así que por un período me alejé nuevamente del trabajo y entre otras cosas comenzamos a construir nuestro hogar. Justo cuando comenzó a escasear el dinero sonó mi teléfono… esta vez no era el Rupe, sino que Amaro, un ex colega que tuve la oportunidad de conocer en mis andanzas por el Sernageomin. El Amaro es una persona bien especial, como buen geólogo es amante de la naturaleza, de la música y otras hierbas, y si lo ves por primera vez y gracias a los prejuicios caería en la categoría de jipi. Bueno, el Amaro me llamaba para preguntarme si es que estaba trabajando y si tenía ganas de apoyarlos a ellos, ya que con Karen, su pareja, habían creado una pequeña consultora dedicada a la paleontología, donde necesitaban apoyo logístico y en la conducción en terrenos difíciles. Así que gracias al equilibrio de la naturaleza el trabajo nuevamente estaba llegando en el momento más indicado. En este nuevo desafío logré aplicar nuevamente todas mis habilidades de Todólogo, y me inserté en un nuevo mundo de aprendizaje, la Paleontología y los fósiles. Así fue como salimos a recorrer con el Amaro y la Saleta distintos rincones de nuestro país, en busca de hallazgos paleontológicos, y tuve mi primer encuentro cercano con los amonites, los bivalvos, los gastrópodos, las turritelas, los dientes de tiburón y huesos de ballenas. Gracias a este nuevo trabajo logramos generar lucas para seguir con la construcción de nuestro hogar, ya que los fondos que logramos con la venta de la camioneta ya habían desaparecido a estas alturas.

Px y Amaro trabajando

Hace pocos meses se nos juntaron dos factores relevantes que me hicieron tomar una decisión más radical en lo laboral, no estaban saliendo campañas de terreno y además necesitábamos dinero para solventar algunas deudas que se nos originaron por la construcción de la casa. Así que por primera vez en mi vida profesional me vi en la obligación de salir en busca de trabajo. Así que prepare mi currículo y me fui a golpear puertas. En mis vueltas pasé por el Sernageomin y por algunas consultoras donde algún contacto tenía, sin embargo mi vuelta no fue muy larga, ya que el mismísimo Amaro y la Karen me llamaron por teléfono, y sabiendo en parte mi situación me dieron la oportunidad de pertenecer a la consultora; lo más increíble es que me daban la oportunidad de trabajar un par de días a la semana en labores de “oficina”, y además, seguir yendo a las campañas a terreno cuando estas salieran, así es que esto me daba la oportunidad además de seguir construyendo la casa en Pueblo Hundido. Así es que ya desde hace un mes que estoy trabajando con los cabros en una pega más “formal” con un contrato parcial. Dentro de este mes he tenido la oportunidad de compartir con la Saleta y el Leo, ambos paleontólogos. Además conocí a la Karen, nuestra jefa, que para mi era un misterio porque antes me llamaba por teléfono para salir a los terrenos pero después de como tres meses la conocí en persona.

Px tamizando

Algo que nos caracteriza es que todos hemos llegado a trabajar buscando nuevos horizontes, la Saleta se vino de España arrancando de la crisis económica, el Leo se vino de la Patagonia a replantear su vida y a reforzar sus conocimientos paleontológicos, la Débora cruzó la “cordishera” a probar suerte en Chile y hace poco se unió al equipo, y yo salí de Pueblo Hundido a reinventarme profesionalmente... Y bueno el Amaro y la Karen son nuestros jefes que iniciaron este proyecto.

Bueno y para cerrar este capítulo, les cuento que lo he redactado en mi trabajo!!!, en estos momentos andamos con el Leo haciendo prospecciones paleontológicas por la cordillera de Antofagasta, y como en esta ocasión no tengo acreditación para manejar en este proyecto, otros manes lo hacen x mi... Y como no puedo quedarme tranquilo me dedico a escribir para contarles de mis vivencias laborales mientras nos trasladamos!, nos leímos!.

Px reporteando

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