viernes, 8 de agosto de 2014

El retorno del viaje, parte 1…

Hola, hace ya dos años y ocho meses que regresamos de nuestro viaje, y durante este período han ocurrido muchas cosas dentro de nuestras vidas. Si bien el volver a la “estabilidad” no fue nada de fácil al comienzo, a estas alturas ya nos hemos acostumbrado y nos hemos dedicado a crear nuestro hogar.

Personalmente, dentro de los hitos importantes de este período les puedo contar de cuatro; la “aclimatación”, la construcción del hogar, el nacimiento del Simón y el retorno a la vida laboral. En esta primera parte les contaré de “La aclimatación”.

Cuando llegamos del viaje, un 27 de noviembre del 2011, fue bonito reencontrarse con los familiares y personas, recuerdo que fue una semana muy entretenida escuchando todas las historias de las cosas que sucedieron en el período que no estuvimos presentes. También fue chocante encontrarse con la realidad de lo que es Santiago, recuerdo claramente que al día siguiente del que llegamos tome mi bicicleta súper contento y me fui a dar una vuelta por los barrios de mi infancia. Las primeras cuadras fueron la raja!, pero cuando llegue a Gran Avenida la cosa cambió… me di cuenta de lo gris que es Santiago, sus calles sucias, el aire sucio… pero filo, no pesqué y seguí mi recorrido… en un tramo me aventuré por arriba de la vereda a una velocidad prudente, y en una iba a “adelantar” a una mujer y la reacción inmediata que tuvo ella fue mirarme y tomar con mucha fuerza su cartera y pegarla hacia su cuerpo… que shusha pasa en esta cuidad!!!... bueno, después llegue a Vespucio con Gran Avenida, donde esta la estación intermodal… después de ver la inmensa cantidad de gente amontonada en los paraderos esperando la micro con cara de culo, lo único que quería era devolverme para la casa de mi madre…

Nuestra llegada a Sagrada Familia, las tierras de mi madre. 

Nuestra llegada a Rengo, las tierras de la negrita 

Nuestra llegada a Malloco, las tierras de mi amigo Jaime 

Nuestra llegada a Santiago, mis tierras.

Acampando en casa con el Nacho y el Andrés

Recuerdo también que mientras viajábamos me comunicaba bastante vía internet con mis familiares y amigos; me enteraba de sus proezas y etapas que iban cumpliendo en sus vidas. Como un mes antes de llegar me bajo toda la nostalgia de ver a mi gente, incluso hice una larga lista de todas las personas a las que me gustaría ver apenas llegase a Santiago, para poder abrazarlas y expresarles todo lo que los extrañe en el viaje; me imaginaba que me iba a faltar tiempo para poder visitarles a todos…; la sorpresa que me lleve a la vuelta fue tremenda, ya que ese sentimiento de extrañar en muchos casos no fue mutuo… al punto de que hasta el día de hoy aún hay personas que consideraba más cercanas a mi vida que aún no las veo!. Bueno, de esto aprendí finalmente que cada persona vive sus propias etapas, algunos ya formaron familias, otros cambiaron de trabajo, de ciudad, de estudios… y finalmente las prioridades van cambiando en todos; mi prioridad por un tiempo fue viajar y alejarme físicamente de mi gente… hablaba con ellos por internet, ahora que internet no es mi prioridad y que estoy físicamente al lado de ellos, ellos no tienen tiempo (o no ven como prioridad) para juntarnos a conversar mirándonos las caras…

La camioneta fue por casi un año y medio nuestro hogar; antes de eso nosotros arrendábamos un departamento en el centro de Santiago, y cuando nos largamos repartimos todas nuestras cosas entre las casas de nuestros familiares y amigos. Ahora que estábamos de vuelta no teníamos donde vivir juntos ni tampoco teníamos dinero para arrendar algo, así que decidimos irnos cada uno a la casa de nuestros padres. Como no teníamos dinero, la negrita aprendió a hacer panes de pascua y yo equipé mi bici con un canasto para poder repartir los panes por Santiago. Entonces la negra producía en Rengo y yo me iba a buscar la merca para venderla en Santiago. La verdad es que nos fue bastante bien con las ventas, y además nos abrió las puertas hacia nuevas aventuras. Por mi parte me gustaba mi nuevo trabajo, ya que andaba todo el día en bici y además visitaba a mis antiguos amigos y colegas del trabajo, quienes gustosos nos compraban los panes!.
Los panes de pascua

 En uno de esos trayectos iba bajando por Antonio Varas, cerca de un antiguo trabajo que tuve alguna vez… me bajo toda la curiosidad de ver si aún existía la oficina y ver si estaban mis antiguos jefes y colegas, así que decidí devolverme para pasar a saludarlos. El lugar se mantenía prácticamente igual, salvo que ya no habían 8 personas trabajando, sino que habían como 30!, estaban hasta en el patio de la casa trabajando!... bueno, pregunté por el Rupe, mi ex jefe y colega de profesión, me indican la oficina donde esta y me acerco a él; le conté de todas mis aventuras de viaje y laborales una vez que deje de trabajar en esa oficina por el año 2004…  en un momento me interrumpe y me pregunta, oye, queris trabajar?, jajaja, la verdad es que la pregunta me descolocó un poco, porque si bien no teníamos mucho dinero con la negra, aun no pasaba por mi cabeza el volver a trabajar tan pronto!. Bueno le dije al Rupe que la verdad es que necesitaba “aclimatarme” de a poco a mi retorno a Santiago antes de trabajar, pero el Rupe me dice que es una pega de terreno a la que hay que ir a caballo a recorrer unos cerros, donde hay que abrir rutas, marcar los tracks en gps y tomar fotografías del trayecto… así que frente a tamaño ofrecimiento no me pude resistir y le dije que hueno!. Después me pregunta si es que conozco a algún colega que este desocupado para que me acompañe a esa campaña, y la verdad es que no se me ocurrió quien podía ser, pero le dije que la negra, que si bien no es de profesión relacionada con el medio ambiente, demás que aperraba en acompañarme y en ayudarme a hacer la pega… me aguanto un año y medio por sudamérica, así es que demás que aperraba 7 días a caballo por las montañas. Y fue así como nos convertimos de panaderos y repartidores a exploradores, abriendo rutas para facilitar el trabajo a los profesionales que en un futuro irian a hacer sus trabajos a esas áreas inexploradas. Luego de eso seguimos trabajando en Cedrem por un tiempo, aprendimos el oficio de rescatistas de fauna de baja movilidad (ratones y lagartijas, pa hacerla más simple) y algo de flora apoyando las parcelas de muestreo; pero también conocimos el lado oscuro de la minería, en donde los intereses económicos pasan por encima de la naturaleza, en donde es más importante minimizar los costos de producción a costa de la vida de plantas y animales... Por este motivo de a poco nos fuimos alejando de esta realidad que no iba acorde con nuestra cosmovisión de la vida, al punto que me mostraron tarjeta roja en Cedrem por ser tan verde... igualmente estoy muy agradecido por la oportunidad que me dieron de aprender y de apreciar lo maravilloso que son los roedores, las lagartijas, sapos, plantas y otros, además tuve la posibilidad de conocer a profesionales excepcionales, apasionados por el trabajo que realizan, que hasta el día de hoy aun nos mantenemos contacto.

En nuestro primer trabajo 

 En nuestro primer trabajo 

En nuestro primer trabajo  

Atrapando lagartijas 

Negrita y la chinchilla

"Supervisando"

Bueno y por último, después de esa época laboral que además nos daba "hogar" en hoteles y campamentos mineros, decidimos buscar un lugar donde vivir. Logramos vender con mucho dolor la camio a un buen precio y además con el laburo ya teníamos lucas para buscar nuestro espacio. Santiago definitivamente no iba a ser nuestra elección para vivir, así que surgió la idea de irnos a vivir a Pichilemu, una porque es una playa bien linda y tranquila en temporada baja, y en verano nos daba la posibilidad de hacer algún emprendimiento que nos permitiera generar lucas para vivir tranquilos el resto del año... Finalmente desechamos la idea por un tema de lucas y de lo lejos que quedaba de nuestros familiares, amigos y servicios básicos en invierno; si bien Pichilemu no es tan lejos, es lento llegar allá por las cuestas, y con las lucas que teníamos solo nos alcanzaría para buscar un terreno y la casa tendría que esperar un tiempo... Finalmente se nos ocurrió una mejor idea; la madre de la negra tiene por herencia un terrenito en el campo, en el sector de Pueblo Hundido, a unos 8 kilómetros de Rengo; entonces nosotros podríamos pedirle un pedacito donde construiríamos nuestra casita y así crear nuestro hogar de una manera más rápida… y así se hizo!... en el próximo capítulo les cuento sobre la construcción del hogar, nos vemos!.

La última foto de la camio...

5 comentarios:

  1. Me encanto!! Saludos a los tres.
    per.molina

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  3. Es tan grata, placentera y llenadora la experiencia de un viaje que cuando llegas a tu vida normal ya no es normal. Me encanto, todas las emociones juntas, saludos pelao.Denisse

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