Hola, hace ya
dos años y ocho meses que regresamos de nuestro viaje, y durante este período
han ocurrido muchas cosas dentro de nuestras vidas. Si bien el volver a la “estabilidad”
no fue nada de fácil al comienzo, a estas alturas ya nos hemos acostumbrado y
nos hemos dedicado a crear nuestro hogar.
Personalmente, dentro de los hitos importantes de este período les puedo contar de cuatro; la “aclimatación”, la construcción del hogar, el nacimiento del Simón y el retorno a la vida laboral. En esta primera parte les contaré de “La aclimatación”.
Cuando llegamos
del viaje, un 27 de noviembre del 2011, fue bonito reencontrarse con los
familiares y personas, recuerdo que fue una semana muy entretenida escuchando
todas las historias de las cosas que sucedieron en el período que no estuvimos
presentes. También fue chocante encontrarse con la realidad de lo que es
Santiago, recuerdo claramente que al día siguiente del que llegamos tome mi
bicicleta súper contento y me fui a dar una vuelta por los barrios de mi
infancia. Las primeras cuadras fueron la raja!, pero cuando llegue a Gran
Avenida la cosa cambió… me di cuenta de lo gris que es Santiago, sus calles
sucias, el aire sucio… pero filo, no pesqué y seguí mi recorrido… en un tramo me
aventuré por arriba de la vereda a una velocidad prudente, y en una iba a “adelantar”
a una mujer y la reacción inmediata que tuvo ella fue mirarme y tomar con mucha
fuerza su cartera y pegarla hacia su cuerpo… que shusha pasa en esta
cuidad!!!... bueno, después llegue a Vespucio con Gran Avenida, donde esta la
estación intermodal… después de ver la inmensa cantidad de gente amontonada en
los paraderos esperando la micro con cara de culo, lo único que quería era
devolverme para la casa de mi madre…
Nuestra llegada a Sagrada Familia, las tierras de mi madre.
Nuestra llegada a Rengo, las tierras de la negrita
Nuestra llegada a Malloco, las tierras de mi amigo Jaime
Nuestra llegada a Santiago, mis tierras.
Acampando en casa con el Nacho y el Andrés
Recuerdo también
que mientras viajábamos me comunicaba bastante vía internet con mis familiares
y amigos; me enteraba de sus proezas y etapas que iban cumpliendo en sus vidas.
Como un mes antes de llegar me bajo toda la nostalgia de ver a mi gente,
incluso hice una larga lista de todas las personas a las que me gustaría ver
apenas llegase a Santiago, para poder abrazarlas y expresarles todo lo que los
extrañe en el viaje; me imaginaba que me iba a faltar tiempo para poder
visitarles a todos…; la sorpresa que me lleve a la vuelta fue tremenda, ya que
ese sentimiento de extrañar en muchos casos no fue mutuo… al punto de que hasta
el día de hoy aún hay personas que consideraba más cercanas a mi vida que aún
no las veo!. Bueno, de esto aprendí finalmente que cada persona vive sus
propias etapas, algunos ya formaron familias, otros cambiaron de trabajo, de
ciudad, de estudios… y finalmente las prioridades van cambiando en todos; mi
prioridad por un tiempo fue viajar y alejarme físicamente de mi gente… hablaba
con ellos por internet, ahora que internet no es mi prioridad y que estoy físicamente
al lado de ellos, ellos no tienen tiempo (o no ven como prioridad) para
juntarnos a conversar mirándonos las caras…
La camioneta fue
por casi un año y medio nuestro hogar; antes de eso nosotros arrendábamos un
departamento en el centro de Santiago, y cuando nos largamos repartimos todas
nuestras cosas entre las casas de nuestros familiares y amigos. Ahora que estábamos
de vuelta no teníamos donde vivir juntos ni tampoco teníamos dinero para
arrendar algo, así que decidimos irnos cada uno a la casa de nuestros padres.
Como no teníamos dinero, la negrita aprendió a hacer panes de pascua y yo equipé
mi bici con un canasto para poder repartir los panes por Santiago. Entonces la
negra producía en Rengo y yo me iba a buscar la merca para venderla en
Santiago. La verdad es que nos fue bastante bien con las ventas, y además nos
abrió las puertas hacia nuevas aventuras. Por mi parte me gustaba mi nuevo trabajo,
ya que andaba todo el día en bici y además visitaba a mis antiguos amigos y
colegas del trabajo, quienes gustosos nos compraban los panes!.
En uno de esos trayectos iba bajando por Antonio Varas, cerca de un antiguo trabajo que tuve alguna vez… me bajo toda la curiosidad de ver si aún existía la oficina y ver si estaban mis antiguos jefes y colegas, así que decidí devolverme para pasar a saludarlos. El lugar se mantenía prácticamente igual, salvo que ya no habían 8 personas trabajando, sino que habían como 30!, estaban hasta en el patio de la casa trabajando!... bueno, pregunté por el Rupe, mi ex jefe y colega de profesión, me indican la oficina donde esta y me acerco a él; le conté de todas mis aventuras de viaje y laborales una vez que deje de trabajar en esa oficina por el año 2004… en un momento me interrumpe y me pregunta, oye, queris trabajar?, jajaja, la verdad es que la pregunta me descolocó un poco, porque si bien no teníamos mucho dinero con la negra, aun no pasaba por mi cabeza el volver a trabajar tan pronto!. Bueno le dije al Rupe que la verdad es que necesitaba “aclimatarme” de a poco a mi retorno a Santiago antes de trabajar, pero el Rupe me dice que es una pega de terreno a la que hay que ir a caballo a recorrer unos cerros, donde hay que abrir rutas, marcar los tracks en gps y tomar fotografías del trayecto… así que frente a tamaño ofrecimiento no me pude resistir y le dije que hueno!. Después me pregunta si es que conozco a algún colega que este desocupado para que me acompañe a esa campaña, y la verdad es que no se me ocurrió quien podía ser, pero le dije que la negra, que si bien no es de profesión relacionada con el medio ambiente, demás que aperraba en acompañarme y en ayudarme a hacer la pega… me aguanto un año y medio por sudamérica, así es que demás que aperraba 7 días a caballo por las montañas. Y fue así como nos convertimos de panaderos y repartidores a exploradores, abriendo rutas para facilitar el trabajo a los profesionales que en un futuro irian a hacer sus trabajos a esas áreas inexploradas. Luego de eso seguimos trabajando en Cedrem por un tiempo, aprendimos el oficio de rescatistas de fauna de baja movilidad (ratones y lagartijas, pa hacerla más simple) y algo de flora apoyando las parcelas de muestreo; pero también conocimos el lado oscuro de la minería, en donde los intereses económicos pasan por encima de la naturaleza, en donde es más importante minimizar los costos de producción a costa de la vida de plantas y animales... Por este motivo de a poco nos fuimos alejando de esta realidad que no iba acorde con nuestra cosmovisión de la vida, al punto que me mostraron tarjeta roja en Cedrem por ser tan verde... igualmente estoy muy agradecido por la oportunidad que me dieron de aprender y de apreciar lo maravilloso que son los roedores, las lagartijas, sapos, plantas y otros, además tuve la posibilidad de conocer a profesionales excepcionales, apasionados por el trabajo que realizan, que hasta el día de hoy aun nos mantenemos contacto.
Los panes de pascua
En uno de esos trayectos iba bajando por Antonio Varas, cerca de un antiguo trabajo que tuve alguna vez… me bajo toda la curiosidad de ver si aún existía la oficina y ver si estaban mis antiguos jefes y colegas, así que decidí devolverme para pasar a saludarlos. El lugar se mantenía prácticamente igual, salvo que ya no habían 8 personas trabajando, sino que habían como 30!, estaban hasta en el patio de la casa trabajando!... bueno, pregunté por el Rupe, mi ex jefe y colega de profesión, me indican la oficina donde esta y me acerco a él; le conté de todas mis aventuras de viaje y laborales una vez que deje de trabajar en esa oficina por el año 2004… en un momento me interrumpe y me pregunta, oye, queris trabajar?, jajaja, la verdad es que la pregunta me descolocó un poco, porque si bien no teníamos mucho dinero con la negra, aun no pasaba por mi cabeza el volver a trabajar tan pronto!. Bueno le dije al Rupe que la verdad es que necesitaba “aclimatarme” de a poco a mi retorno a Santiago antes de trabajar, pero el Rupe me dice que es una pega de terreno a la que hay que ir a caballo a recorrer unos cerros, donde hay que abrir rutas, marcar los tracks en gps y tomar fotografías del trayecto… así que frente a tamaño ofrecimiento no me pude resistir y le dije que hueno!. Después me pregunta si es que conozco a algún colega que este desocupado para que me acompañe a esa campaña, y la verdad es que no se me ocurrió quien podía ser, pero le dije que la negra, que si bien no es de profesión relacionada con el medio ambiente, demás que aperraba en acompañarme y en ayudarme a hacer la pega… me aguanto un año y medio por sudamérica, así es que demás que aperraba 7 días a caballo por las montañas. Y fue así como nos convertimos de panaderos y repartidores a exploradores, abriendo rutas para facilitar el trabajo a los profesionales que en un futuro irian a hacer sus trabajos a esas áreas inexploradas. Luego de eso seguimos trabajando en Cedrem por un tiempo, aprendimos el oficio de rescatistas de fauna de baja movilidad (ratones y lagartijas, pa hacerla más simple) y algo de flora apoyando las parcelas de muestreo; pero también conocimos el lado oscuro de la minería, en donde los intereses económicos pasan por encima de la naturaleza, en donde es más importante minimizar los costos de producción a costa de la vida de plantas y animales... Por este motivo de a poco nos fuimos alejando de esta realidad que no iba acorde con nuestra cosmovisión de la vida, al punto que me mostraron tarjeta roja en Cedrem por ser tan verde... igualmente estoy muy agradecido por la oportunidad que me dieron de aprender y de apreciar lo maravilloso que son los roedores, las lagartijas, sapos, plantas y otros, además tuve la posibilidad de conocer a profesionales excepcionales, apasionados por el trabajo que realizan, que hasta el día de hoy aun nos mantenemos contacto.
En nuestro primer trabajo
En nuestro primer trabajo
En nuestro primer trabajo
Atrapando lagartijas
Negrita y la chinchilla
"Supervisando"
Bueno y por último,
después de esa época laboral que además nos daba "hogar" en hoteles y
campamentos mineros, decidimos buscar un lugar donde vivir. Logramos vender con
mucho dolor la camio a un buen precio y además con el laburo ya teníamos lucas
para buscar nuestro espacio. Santiago definitivamente no iba a ser nuestra
elección para vivir, así que surgió la idea de irnos a vivir a Pichilemu, una
porque es una playa bien linda y tranquila en temporada baja, y en verano nos daba
la posibilidad de hacer algún emprendimiento que nos permitiera generar lucas
para vivir tranquilos el resto del año... Finalmente desechamos la idea por un
tema de lucas y de lo lejos que quedaba de nuestros familiares, amigos y
servicios básicos en invierno; si bien Pichilemu no es tan lejos, es lento
llegar allá por las cuestas, y con las lucas que teníamos solo nos alcanzaría
para buscar un terreno y la casa tendría que esperar un tiempo... Finalmente se
nos ocurrió una mejor idea; la madre de la negra tiene por herencia un
terrenito en el campo, en el sector de Pueblo Hundido, a unos 8 kilómetros de
Rengo; entonces nosotros podríamos pedirle un pedacito donde construiríamos
nuestra casita y así crear nuestro hogar de una manera más rápida… y así se
hizo!... en el próximo capítulo les cuento sobre la construcción del hogar, nos
vemos!.
La última foto de la camio...
Me encanto!! Saludos a los tres.
ResponderEliminarper.molina
gracias!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs tan grata, placentera y llenadora la experiencia de un viaje que cuando llegas a tu vida normal ya no es normal. Me encanto, todas las emociones juntas, saludos pelao.Denisse
ResponderEliminarsaludos!
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