Al salir de Tupiza nuevamente tuvimos que pagar un peaje (al entrar ya habíamos pagado uno), la policía en media trucha acá, de hecho compramos el diario en el pueblito y salía que esa institución es la que más realiza actos en contra de los derechos humanos. Hay una noticia en la que una persona, que fue detenida por ser sospechoso de un atraco a un puesto de peajes, murió el día en que lo detuvieron. Al principio dijeron que fue muerte súbita, pero en la investigación salió a la luz que el tipo murió en una sala de la comisaria que le llaman el “karaoke”, donde con diversas técnicas de torturas les hacen “cantar” todo lo que saben. Hay varios policías metidos en este caso, lo más raro de todo que uno de los policías involucrados apareció muerto a los días de salir a la luz la noticia, según dicen se suicido.
En el camino pasamos por un pueblito llamado Impora, es bien lindo, chiquitito, es campo, las construcciones son de adobe y en ese sector justo la tierra es de un tono rojizo así las casas tienen el mismo colorss. Ahí conocimos al hermano gemelo perdido de don Ramón, el Pablo se emocionó tanto que quería pedirle una autógrafo, es su ídolo de infancia, jajajja. No le alcanzamos a sacar una fotito para lanzarlo al estrellado. El camino es como las pelotas (y cobran peajes, jajja) y andaba un señor en cleta con sus dos hijos, les sacamos fotos, una hazaña con el camino por el que andábamos.
Antes de llegar a Tarija nos toco descender por unas quebradas bien complicadas, sobretodo porque no había luz, el tierral que cada auto dejaba, las luces pésimas de los vehículos bolivianos (por lo general andan sin una luz, la luz de frenos mala, si vas de frente no bajan las luces altas, y si están en pana, no tienen ni triángulos, como las gonadas!!!!) y pa más mala cuea, había una neblina!!!!!!!!!!!!, q no nos dejaba ver ni a un metro, así que con calma nos fuimos, a 10 por hora, ajajaja. Por fin descendimos, bien, sin mayores inconvenientes. Tarija, no parece ser de boliva, de hecho en varios lugares vimos “TARIJA AUTONOMA”, es otra cosa, el acento es che-boliviano, jajaj. Se ven más rucios, la ciudad muuucho más ordenada. Lo primero que hicimos fue buscar comida, jaja, nos encontramos con un boliche barato, nos comimos una pizza, y nos topamos con una argentina simpatica, que nos dio las instrucciones para llegar a un hospedaje. Vos dobláss hacia la rrrotonda, viráss a la derecha, luego tomáss el pasaje, te encontráss con una arboleda y cerca quedá el Alojamiento Familiar, así lo hicimos y chegamos, ajja.
Besos
Pablo y Andrea
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