miércoles, 21 de julio de 2010

Cañones de Tupiza, Tarija

En la mañana nos levantamos con una hermosa vista a la quebrada del Duende, y con los vidrios de la camio congelados… cargamos las cosas y salimos de la quebrada. En el camino le grabamos un video al seter, que espero algún día lo podamos subir. Al rato llegamos al pueblo de Tupiza el cual es muy distinto a lo que habíamos conocido. Se encuentra a unos 3.000 metros de altura y ya comienza a aparecer el verde y vegetación más abundante. Comienzan a aflorar las plazas y también la influencia de los argentinos, que se nota en el acento de los che-bolivianos y también en el color de la piel. También aparecen las pizzerías por todos lados y la venta de las milenarias milanesas. La clásica señora boliviana altiplánica también comienza a desaparecer y se ve en las calles gente vestida más a la europea. Las construcciones pasan del adobe a algo más sólido, de concreto y piedra y la cuidad en general es mucho más ordenada, que por ejemplo Oruro. Aparece también locomoción más “formal”, hasta pillamos una micro metalera!. Nos dimos una vuelta por el mercado y compramos algo rápido para comer… mientras saboreaba una bola de arroz frita con vienesa pica al interior, le pregunté a la ñora como se portaba el Evo Morales, y al parecer la gente lo aprecia harto, sólo he escuchado malos comentarios de la gente más adinerada y empresarios, pero esos son al parecer la minoría en este país.

Al salir de Tupiza nuevamente tuvimos que pagar un peaje (al entrar ya habíamos pagado uno), la policía en media trucha acá, de hecho compramos el diario en el pueblito y salía que esa institución es la que más realiza actos en contra de los derechos humanos. Hay una noticia en la que una persona, que fue detenida por ser sospechoso de un atraco a un puesto de peajes, murió el día en que lo detuvieron. Al principio dijeron que fue muerte súbita, pero en la investigación salió a la luz que el tipo murió en una sala de la comisaria que le llaman el “karaoke”, donde con diversas técnicas de torturas les hacen “cantar” todo lo que saben. Hay varios policías metidos en este caso, lo más raro de todo que uno de los policías involucrados apareció muerto a los días de salir a la luz la noticia, según dicen se suicido.

En el camino pasamos por un pueblito llamado Impora, es bien lindo, chiquitito, es campo, las construcciones son de adobe y en ese sector justo la tierra es de un tono rojizo así las casas tienen el mismo colorss. Ahí conocimos al hermano gemelo perdido de don Ramón, el Pablo se emocionó tanto que quería pedirle una autógrafo, es su ídolo de infancia, jajajja. No le alcanzamos a sacar una fotito para lanzarlo al estrellado. El camino es como las pelotas (y cobran peajes, jajja) y andaba un señor en cleta con sus dos hijos, les sacamos fotos, una hazaña con el camino por el que andábamos.

Antes de llegar a Tarija nos toco descender por unas quebradas bien complicadas, sobretodo porque no había luz, el tierral que cada auto dejaba, las luces pésimas de los vehículos bolivianos (por lo general andan sin una luz, la luz de frenos mala, si vas de frente no bajan las luces altas, y si están en pana, no tienen ni triángulos, como las gonadas!!!!) y pa más mala cuea, había una neblina!!!!!!!!!!!!, q no nos dejaba ver ni a un metro, así que con calma nos fuimos, a 10 por hora, ajajaja. Por fin descendimos, bien, sin mayores inconvenientes. Tarija, no parece ser de boliva, de hecho en varios lugares vimos “TARIJA AUTONOMA”, es otra cosa, el acento es che-boliviano, jajaj. Se ven más rucios, la ciudad muuucho más ordenada. Lo primero que hicimos fue buscar comida, jaja, nos encontramos con un boliche barato, nos comimos una pizza, y nos topamos con una argentina simpatica, que nos dio las instrucciones para llegar a un hospedaje. Vos dobláss hacia la rrrotonda, viráss a la derecha, luego tomáss el pasaje, te encontráss con una arboleda y cerca quedá el Alojamiento Familiar, así lo hicimos y chegamos, ajja.

Besos

Pablo y Andrea



















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