lunes, 6 de septiembre de 2010

Churcampa a Huancayo

Con todo el cuco que nos metieron los polis, nos levantamos tempraniiiiito, ya que debíamos recorrer unas seis horas de caminos con una no muy buena reputación. Don Eduardo eso si se levantó mucho más temprano que nosotros, y como a las 6 am comenzó a mangueriarnos la movilidad para sacarle el exceso de barro que tenía pegada, huena onda Don Eduardo!. Nosotros a las 7:30 comenzamos a movernos, y luego de desayunar y ordenar salimos como a las 9 con destino a Huancayo.

Para empalmar la ruta del río necesitábamos devolvernos a Mayocc por un trayecto de unos 45 minutos, pero a pesar de eso ese camino era una hora más corto que el de la cordillera. Saliendo del pueblo nos llamó la atención el cartel de un candidato a Presidente Regional de esa zona, el famoso Pico Salas, si, es verdad!, hay gente que se llama Pico… y pa más remate el caallero sale en la foto como se dice por ahí con “care pico”, jajajaja, así como enojao.

Hueno, después de darnos cuenta que los nombres de personas dan para harto (por suerte el Sr. Salas no nació en Chile, sino me imagino como lo hubieran gueviao al pobre, demás que hubiera sido un buleado en el colegio), descendimos a Mayocc y empalmamos el río por un camino de trocha bastante decente, pero estrecho en algunos tramos. Algunos caseríos se avistan en el trayecto, pero no dan para pueblos; el paisaje, igualito al Cajón del Maipo: río, cerros con fuertes pendientes a los lados, plegamientos a la vista. Saliendo de la Provincia de Huancavelica (una de las más pobres del Perú) el camino se vuelve asfaltado y es posible avanzar bastante rápido, por lo que Huancayo se nos venía muy pronto, y la sensación de tranquilidad comenzaba a aflorar de nuestras humanidades; al parecer ya dejábamos la zona conflictiva y se veía mucho más tránsito por la carretera.

En el descenso a Huancayo se ven los clásicos campos en barbecho, sector bastante turístico en época alta, ya que por la variedad de cultivos que se dan en esa zona hacen harto tour para esos lados; es como una especie de Valle Sagrado pero de Huancayo.

Llegamos a la pinche ciudad, grande y caótica como todas. Por su cercanía a Lima el comercio que la domina es de grandes proporciones, de hecho tiene hasta un Mall. Gueviamos un rato buscando hospedaje y cochera; una vez establecidos salimos a recorrer la ciudad. Acá son famosas las calabazas talladas, unos hermosos trabajos que por pollos no compramos no más; más adelante nos enteraríamos que ahí en la feria artesanal se encuentra una señora que ha ganado un montón de condecoraciones por sus trabajos, de hecho estuvimos viendo a una señora tallando… demás que era la mismísima… de ahí fuimos al super y nos tentamos con el pan con shansho y los famosos Olé- Olé, que son iguales a las gomitas bañadas en chocolate envueltas en aluminios de colores que hay en Chile!... la negrita se comió como 30 en la noche!!!, y la bolsa trae 60!!!, jajajaja.

Necesitábamos reportarnos por internec esa noche, pero estábamos con la mansa lata de salir de nuevo. En ese instante prendimos los ataris y nos rajamos!!!, pescaba un Wi-Fi sin clave!!!, así que felices y contentos nos quedamos echaditos conversando con familia y amigos viendo tele en la pieza tomando aguita de hierbas!, saludos!.

Px y Negrita.



























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