sábado, 4 de septiembre de 2010

Mirador Cruz del Cóndor a Puente Coshñirhua

Madrugamos para ir a ver a los famosisisiismos condorsss, fuimos privilegiados porque estuvimos de los primeritos viendo el espectáculo del amanecer… ver como la luz del astro rey iluminaba todo el cañón. Luego de un rato salieron a volar los pájaros, tremendas aves!!!! Se dejaban observar sin pudor, era como si estuvieran programadas para salir a mostrarse…

Al ratito comenzaron a llegar los tours… se llenó de gringos, también llegaron las autóctonas con sus artesanías y pichiruches varios, caminamos un rato por el sector y vimos como 11 cóndores sobrevolaban el sector del mirador, fue bakán!!! Nunca habíamos visto tanto condorito junto, con sus tremendas alas y su bufanda blanca…

El mirador colapso con tanta gente, nosotros nos dispusimos a ir al siguiente pueblo, Cabanaconde, antes de llegar paramos en un mirador donde habían unas personas con más lucas, al parecer era un tour con coctel, había una mesa con cositas ricas y garzones y toda la parafernalia, nos acercamos para cachar si pasábamos piola, jajaj, pero nooo… somos muy cholitos y chicos…

Llegamos a Cabanaconde, no tiene mucho brillo el pueblo pero es de donde salen todos los treking al Cañón. Al principio me vino la flojera de caminar muuuchhoo hasta que cambie de parecer y decidimos ir al sube y baja de los cerros… Dejamos el carro en la iglesia, nos pareció el mejor lugar… nadie le va a robar al cura… ordenamos las mochilas que íbamos a llevar, ni proteste cuando el Pollo dijo que llevaría la mochila más grande… yo sería la aguatera… justo encontramos un mapa donde salía nuestro futuro recorrido… a todos los pueblos que visitaríamos sólo se llega a pie o en mula. Para nuestro paseíto debíamos bajar hasta el curso del río y luego subir al cerro, recorreríamos San Juan de Chuccho, Coshñirhua, Matala y el Oasis de Sangalle, se suponía que haríamos el recorrido en dos días y una noche y volveríamos a Cabanaconde.

Planificamos nuestros alimentos para los días que habíamos dicho, un paquete de fideos, salsa milenaria de tomate, su carne de soya, unos cuantos panes, un tarro de caballa (parecido al Jurel tipo atún) y no podían faltar en nuestro menú las famosisisimas galletas Mabel de chocolate.

Después de tener todo lo necesario en las mochilas partimos con todo el ánimo, bajamos unos 900 metros hasta llegar al curso del río… el precio de tener el tuto corto, es que todos los gringos puñeteros nos pasaban… nos demoramos como 4 horas… fue bastante agotador llegamos con los pies pa la caga!!! para descansar nos sentamos un ratito, luego atravesamos un puente, subimos unos cuantos metros y llegamos al pueblito San Juan de Chuccho, es un sector muy pintoresco, tiene un microclima que le permite tener de todo tipo de cultivos, tienen de todo hospedaje, ristorante, agua embotellada al triple de lo que la venden arriba y pichiruches varios… caminábamos y como el lugar era tan bonito, decíamos a cada rato… ahí está bueno para poner la carpa!! La idea era llegar ese día a Coshñirhua, perooooo seguimos caminado y supuestamente nos perdimos, no sabíamos por donde seguir… nos devolvimos… el Pablo que iba adelante llegó a una casa donde una viejita lo echó a cuanto garabato quechua pudo pronunciar… cuando se le paso el enojo nos guío por el camino correcto… que finalmente era el mismo camino por donde íbamos.

Ya nos habían dicho que podíamos acampar antes del puente que atraviesa hacia el pueblo donde íbamos… para descansar las patitas decidimos quedarnos ahí. Buscamos el mejor lugar, armamos toda la parafernalia… cocinamos y también nos lavamos completitos en la asequia que teníamos en el patio de nuestro hogar… esa noche cenamos unos ricos tallarines con salsa y carne de soya (con hartoooo aliño que produjo estragos en nuestras guatitas).

Besos

Andrea Magdalena Bahamondes Cornejo























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