viernes, 15 de octubre de 2010

Quito a El Chaco

6 de Octubre de 2010

Salimos de Quito con la promesa de volver a él antes de salir de Ecuador. Nuestra próxima para era el Oriente Norte.

Antes de llegar al sector amazónico debemos pasar por cerros que van cambiando su vegetación, al principio es valle y luego comienzan a aparecer los pinos, y después van desapareciendo los árboles que tienen más altura y hay arbustos. Hace frío por la altura del lugar, pasamos por una laguna y casi q acampamos por esos lares, pero al final decidimos q no porque queríamos avanzar.

En el trayecto se ven varias cascadas y ya ligerito comenzamos a descender y a ver más arboles tropicales. Y también muchas vacas. En el camino el cielo nos regala un arco iris inmenso.

En ese trayecto íbamos pensando en lo vivido en este país de mil colores, creo q ha sido tremenda enseñanza y creo q recién comienzo a tomarle el peso de la decisión de irnos de la rutina. Se nos abrió un mundo desconocido ante nuestros ojos aventureros, amigos que jamás pensábamos conocer, abrazos y cariños que nos hacen feliz el alma. Pensar en cómo el conocer a la Clau y al Pablo cambió el rumbo de nuestro viaje y nos llevaron a gente que recordamos con mucho cariño. Jamás pensábamos encontrarnos con este Ecuador amable y acogedor, su gente maravillosa no ha ayudado y nos han mimado a destajo. Sin duda hemos sido felices al conocer la confianza, como personas tan ajenas a nuestras vidas, pero que ahora tienen un gran lugar en ellas, nos abren las puertas de sus casas y nos reciben como viejos amigos.
Y pienso en todas las oportunidades que hemos perdido al no confiar en q ese extraño te puede traer alegrías y mundos diferentes al ya conocido. Es un momento de felicidad y que fue reflejado en el arco iris q el cielo nos regalo…

Llegamos a El Chaco, pueblito de la provincia de Napo. El turismo en esa zona recién comienza a explotarse. Llegamos buscando un lugar para quedarnos y finalmente dimos con un hotel abandonado, le pedimos a la señora si podíamos quedarnos en el patio, el sitio era gigante y tiene mil árboles frutales, guayabas, naranjas, plátanos, pomelos, de todito lo que da esa tierra fértil amazónica.

El día fue coronado cuando nuestro hogar nómade fue rodeado de luciérnagas…

Besos




















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