domingo, 21 de noviembre de 2010

Barranquilla a Cartagena de Indias

17 de Noviembre de 2010

Nos despertamos esa mañana y luego de compartir, arreglamos nuestras cosas y nos fuimos a Cartagena de Indias. Íbamos emocionados por conocerla, nos habían dicho que era tan bonita, pero muy costosa.

En el camino nos encontramos con dos peaje y para varias carísimos. En el trayecto nos desviamos unos cuantos kilómetros para conocer el Volcán Totúmo. Es un pequeño cerrito, que en la punta sale agua y se forma barro. Durante el camino vemos varios militares, pero esos no saludan, están serios.

Llegamos a la ciudad, la primera parte es muy pobre, todavía quedan secuelas de las inundaciones. Luego viene una parte que es de edificios muy lindos. El día estaba nublado y con cara de lluvia. Damos una vuelta por la costanera y por algunos sitios de la ciudad. Las personas que ofrecen cosas para vender son insistentes. Hay que retarlos para que dejen de perseguirte, en una ocasión a un tipo casi lo atropellamos porque se tiro frente a la camioneta para ofrecer el arriendo de un departamento.

Después de tanta vuelta nos dimos cuenta de algo, Cartagena no tiene playas bonitas y se divide en sectores. Lo que se le muestra al turista es la ciudad amurallada, que si es preciosa, es el centro histórico, que es muy grande, con casas coloniales de colores rodeada por una muralla de piedra. Está también el sector más pudiente donde están los grandes edificios, los hoteles bacanes, los restaurantes. Pero en Cartagena se vive una dualidad, están esos lugares q se le ofrece a los visitantes pero está el patio de la ciudad, lo feo, lo pobre. Nos sorprendió que todos nos hablaran de su belleza pero no de lo real de la ciudad. Nosotros paseamos por los dos lados y hay una desigualdad social muy grande, q llega a estremecer. Cómo un sector puede ser tan rico, con tanta opulencia y a unos cuantos metros, sólo separados por calles hay otra realidad, pero es donde vive la mayoría de las personas.

Buscamos un lugar donde quedarnos, el estacionamiento al costado de la ciudad amurallada es el elegido. Sacamos nuestra ducha solar y nos aseamos. Ya de noche salimos a caminar por la ciudad amurallada. Ese si q es un espectáculo para los que la visitan. Calles y casas antiguas muy bien iluminadas, parece q estuviéramos en una película.

Hay carruajes tirados por caballos que dan vueltas por la ciudad, nosotros preferimos caminar. En los sectores por los que paseamos vemos muchos extranjeros, hay varios restaurantes, bares y gente caminando… hace calor. Después de gargolear un rato nos vamos a descansar a nuestro hogar.







































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