sábado, 20 de noviembre de 2010

Bucaramanga, Girón

12 de Noviembre de 2010

La familia de Yezid es bakan, Zoila es la mujer de la casa, ella es enfermera jubilada, pero trabaja en su casa curando gratis a sus familiares, amigos y vecinos. No tiene horario, un día en la noche ella estaba durmiendo y llego una señora para que viera a su hijo que no podía mover el cuello. Allá se levanto Zoilita para verlo. Ella sabe harto de medicina natural y hace unos jabones muy ricos.

Don Miguel es técnico en algo (la verdad es qno me acuerdo) pero ya no trabaja porque está a la espera de su jubilación. Es un viejito muy simpático, adora a su perrita. Nos muestra su hobby, el ajedrez. Tiene uno moderno, las piezas se mueven con una varita con imán, hasta tienen sonido. También nos muestra el ajedrez de los pobres, el los construye, se los regala a los niños y les enseña a jugar. El tablero es un cartón que compra ya cuadriculado y las piezas son tapas de botellas y en la parte superior les pega el dibujo de la pieza.

El hermano mayor de Yezid, Miguel es abogado y volvió hace pocos días de España, estaba haciendo un magister. Y el hermano menor, Santiago está estudiando medicina, además trabaja en una organización social que cumple los sueños de los niños que tienen enfermedades terminales, estaba embalado con actividades para hacer esta navidad.

Esa mañana nos levantamos a lavar ropa y a compartir con la familia. Nos dimos cuenta que es una casa abierta para todos, la Zoilita nos dice q su ranchito es pequeño y pobre, pero que caben todos. Nos bautiza como otros de sus hijos.
Almorzamos con la familia, una comida un poquito extraña para nosotros, ensalada de frutas con tomates, lechugas, queso y todo lo que se le pueda echar del refrigerador.

Con la guatita llena nos vamos con Yezid y Santiago a conocer El Girón, un pueblito que se encuentra cerca de Bucaramanga. Llegamos allá y es el típico pueblito de la época colonial, calles empedradas y casas blancas, solo que acá está más lleno de gente, se ve mucho más movimiento de lo que habíamos visto en los otros pueblos. Ese día estaba lloviendo, obligados a recorrer el pueblito con paraguas.

Luego de ese paseo nos fuimos a un centro comercial para comprar el ventilador que nos salvaría del ahogo en las noches de calor. Ya nos ha ocurrido, que en estos países tan calurosos es casi una tortura dormir en la camioneta, el espacio es muy reducido y se conserva más el calor… buscando buscando, lo encontramos y a un bajo precio.

Salimos del centro comercial y nos fuimos a un Festival de Cuenta Cuentos, a esa hora ya se había largado el diluvio universal, pero eso no era motivo para no ir. Justo era en la universidad donde estudiaba Yezid.

El tipo que contaba cuentos esa noche nos hizo llorar, nos hizo reír, fue una noche mágica. Nos llevo al amazonas, a los andes, a un viaje interior. Voy a recordar sus historias llenas de enseñanzas.

Ya era tarde cuando se termino el festival y nos fuimos a descansar a la casa de Yezid.

























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