sábado, 6 de noviembre de 2010

Desierto de la Tatacoa a Bogotá

28 de Octubre de 2010

Nos levantamos no tan temprano y uno de los manes que vivía en el lugar se acercó a conversar, nos cuenta que con la lluvia de la noche los caminos debieran estar hechos mierda y que es difícil ir al pueblo más cercano, que es Villa Vieja. El necesita ir para allá y caminando son como dos horas y que en moto no puede ir porque se entierra. Como nosotros vamos para allá lo llevamos. Nos cuenta de los avistamientos de ovnis en el sector, de que la guerrilla se ubica a unos 50 km de ahí hacia unos cerros y que él vivió en Bogotá y que es muy peligroso, que no nos recomienda meternos al centro. Paramos en la ruta en el sector del observatorio a tomar algunas fotiticos, ya que ahí hay un mirador; ahí este pana nos cuenta que en ese sector suelen hacer recitales de rock… ahí nos imaginamos algo así como el mito de que Pink Floyd iba a tocar en el Valle de la Luna.

Ahí nos dan el dato de que es posible irse a Bogotá por una ruta alternativa hacia el norte, por un cruce justo antes de Villa Vieja, y que por ahí nos ahorraríamos unas dos horas de viaje, bencina y dos peajes, que acá son medios carozzis y están bien seguidos (los peajes valen entre 1500 y 2000 shilenos y están más menos cada 40… 50 km por las rutas principales). Así que no la pensamos mucho y como el camino milenario salía en el GPS le dimos no más. Ahí pasamos por el frente de los pueblitos donde era posible cruzar en barcaza, pero por el otro lado del río, y luego de unos 20 minutos de trayecto llegamos a un puente que atraviesa el Río Magdalena y que inmediatamente se transforma en túnel. Más contentos que perro con dos colas atrás de una camioneta, y luego de 20 minutos más de trayecto salimos a la ruta principal.

A pesar de que es “invierno” en la zona el calor es terrible… como debe ser en varano!, jajaja.

Para ir a Bogotá hay dos caminos posibles, optamos irnos por el lado de Melgar porque tiene menos peajes y ambos caminos son similares en distancia. El bajón no pudo esperar así que paramos en Melgar a almorzar. Nos aplicamos un menú sencillo, que vendría siendo una sopica con plato de fondo de arroz con frejol y carne o pescadico y una gaseosa… esto cuesta como 1.300 shilenos cada plato.

Nos metieron tanto susto con Bogotá que decidimos en el camino ver la posibilidad de quedarnos en la casa de algún familiar de alguien… como no conocíamos prácticamente a nadie ahí me acordé de la Mónica, una ex compañera de la pega que es de acá de Colombia. Como en pedir no hay engaño, aplicamos internec, y tras unos movimientos milenarios logramos contactarla. Para cuea nuestra, el Daniel, su esposo, vivía en Bogotá y sus padres también. La Mónica se la juega y nos logra contactar con Don Bernardo, el padre de Daniel, quien nos recibirá en la capital.

Ya más relajados por tener la posibilidad de llegar a un lugar seguro, salimos de Melgar a las 16 horas y estimamos una llegada a Bogotá a las 18 horas… y claro, llegamos a las 18 horas al sector sur de la ciudad, pero esta tan la cagada con la congestión y el “arreglo” de las vías, que luego de dos horas más logramos atravesar la urbe hacia el norte, sector donde vive Don Bernardo y su familia. Confiando ciegamente en don GPS, logramos dar exactamente con la dirección de la casa y nos recibe este chileno radicado en Colombia.

Conversamos con él y el Alejo, el hijo menor de la familia; luego de unos minutos llega Don Bernardo y Marta, su esposa. Nos ofrecen once y luego de una conversación nos vamos a dormir, para así terminar esta maratónica jornada, saludos!.





















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