martes, 16 de noviembre de 2010

Moniquirá a Villanueva

10 de Noviembre de 2010

Esa mañana nos despertamos con toda la bulla de los camiones, salen de madrugada del estacionamiento y nos dejaron la camioneta con olor a petróleo quemado.
Después de levantarnos fuimos a conocer la plaza de día, había cualquier vaquero, con sombreros de vaquero de paja y unas mantitas dobladas que se las ponen sobre el hombro.

Seguimos nuestro viaje, pasamos por Barbosa, una ciudad que lo que tiene de famoso son sus bocadillos o pastelitos, dicen que son los mejores de la zona, dicen porque nosotros no los probamos.

La ruta por la que avanzamos es la principal, se ven muchas tractomulas, así le dicen a los camiones. Además vemos muchos deslizamientos, con las lluvias que hay, son comunes dentro del recorrido.

Vemos varias plantaciones de café, paramos en una casa donde lo estaban secando. Conocimos a Javier, el nos explicó el proceso. Nos contó que desde septiembre hasta diciembre es la fecha de la cosecha, sacan el café cuando esta rojo y luego lo meten a una maquinita que les saca la cascara y deja la fruta solita, se lava y luego se pone a secar. El fruto es blanco, luego de que este seco se lleva a la asociación de cafeteros, son ellos los que le compran el café y lo hacen a muy bajo precio, no representa el valor real del trabajo que se hace. Hasta esa etapa llegan los pequeños cafeteros, luego la asociación se encarga de tostar el café y ponerlo a la venta.

Nos despedimos de Javier y de su perrito y continuamos nuestro viaje. Llegamos a Socorro una ciudad que históricamente tiene mucho que contar. En esa ciudad se libraron batallas campales para defender la independencia de Colombia contra la colonia española, a toda esta revolución se le llamó la “Revolución Comunera”. En el centro histórico hay edificaciones muy bellas, arquitectura colonial y en la plaza principal encontramos estatuas de los caudillos que lideraron la revolución.
Salimos de esa ciudad y avanzamos hacia Barichara, ese pueblo sí que es lindo, es como el estilo de Villa de Leyva pero con menos turistas. Es un pueblo muy pequeño, sus casas antiguas de color blanco y en la parte inferior tienen una franja de color verde, sus tejados son de esos antiguos y algunas cosas tienen balcones de madera. Sus calles son empedradas y tiene una catedral hermosa, construida de piedras rojizas
Caminamos por sus calles y llegamos al cementerio estiloso, las tumbas antiguas son pequeñas torres con una cruz en la punta, fueron construidas en piedra, parecidas a las de la catedral.

Escudriñando las calles llegamos al mirador del pueblito, cerca de ese lugar hay un pequeño anfiteatro. Tienen una vista espectacular, se ven los cerros, los bosques frondosos.

Continuamos recorriendo las hermosas calles de ese pueblito, mudos por su belleza. Vemos un cartel que nos llama la atención, “Se venden hormigas culonas”, para que servirán? De mascotas?, no había nadie para preguntar y nos quedamos con la duda.
En ese pueblito hay un camino que es empedrado, se llama “Camino Real”, lo construyeron los españoles hace muuuchos años. Ese camino conecta a Barichara con otro pueblo, son varios kilómetros de recorrido que hay que hacerlos a pie.

Nos despedimos de Barichara, en la ruta que tomamos vemos varios galpones donde secan tabaco, además hay vacas por todos lados. El camino está bueno en algunas partes, pero como ya es costumbre de los caminos de Colombia, aun no lo terminan. Ese día llegamos a Villanueva, un pueblito chiquitito pero bonito, también es estilo colonial, nos dicen que es más tranquilo, nunca ocurre nada y hasta nos invitan a quedarnos en su plaza, pero como dormimos mejor en un lugar cerrado buscamos un estacionamiento. El señor más simpático, nos paso un baño y nos ofreció una pieza que tenia desocupada, pero le dijimos que muchas gracias pero dormimos súper bien en nuestro hogar, ya estamos acostumbrados.









































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