Salimos de Pasto con rumbo a Popayán, la ciudad blanca de Colombia. Nos fuimos por un camino y unas de las cosas q más nos sorprendió fue el paisaje! Pasamos de ir viendo montañas por todos lados a ver muchos árboles que adornan el camino.
En Colombia es época de lluvia y en cualquier momento se puede largar un aguacero!!!!!!!!, en ese trayecto nos tocó nuestra primera aventura en carretera con ese tipo de aguaceros, el Pollo manejaba con calma porque la lluvia caía con tal fuerza q no permitía ver con claridad el camino.
Íbamos siguiendo nuestro rumbo y nos impactó tanto ver la pobreza de muchas familias… al costado del camino muchas casitas de construcciones muy precarias.
Muchas mujeres en los bordes de las carreteras pidiendo dinero y otras cosas. Fue muy duro verlas… luego de andar un par de kilómetros a lo lejos divisamos un grupo de mujeres que ponen una cuerda de lado a lado en la carretera… así hacen parar a los autos y les piden cosas. Nosotros tocamos la bocina para no atropellar a nadie cuando vamos pasando por el sector. No quisimos parar, nos han advertido de la inseguridad en las carreteras, pero aún así nos deja un sentimiento medio amargo sobre la pobreza de este país.
Llegamos a Popayán, siempre entrar a una ciudad desconocida es un mar de sorpresas y descubrimientos. El centro histórico es bello, nos recordó mucho la ciudad blanca de Bolivia, Sucre. Pero por supuesto esta es más jovial, la gente es diferente, hay comercio ambulante de frutas muy raras para nosotros.
Ese día buscamos donde quedarnos, nuestro patio fue un estacionamiento, Cesar el cuidador no se hizo ataos para recibirnos con la camioneta y dormir dentro de ella.
En nuestra primera salida a pie por el centro histórico, nos dimos cuenta de que en vez de que pongan semáforos o discos pare, hay un policía que dirige el tránsito. Pero en todas las esquinas!!!! Las calles son muy angostitas, cabe sólo un vehículo y por las veredas cabe solo una persona, es como andan en fila, jaja.
Hay muchas universidades, iglesias, edificios antiguos y toditas blanquitas y como de adobe. Se veía espectacular porque recién había llovido y las luces todo el entorno invitaba a sacar mil fotos!
Unas de las cosas q nos dejo marcando ocupado es q vimos dos camionetas, q iban ultra rápido, se bajaron dos personas que iban a la iglesia y mil guardias custodiando el sector, la puerta de la iglesia, yo cacho q hasta revisaron al cura pa que no hubiera nada extraño. Seguramente era alguien importante.
Después de nuestra caminata nocturna fotografistica nos fuimos al estacionamiento en busca de nuestro hogar.
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