viernes, 5 de noviembre de 2010

Popayán a Cali

23 de Octubre de 2010

Despertamos con los sonidos de los vehículos, de mucho ajetreo, al costado de nuestro dormitorio había un señor que estaba ordenando su bicicleta para salir a trabajar.

Esa mañana había otro guardia que estaba cuidando el estacionamiento, era muy buena onda. Nos dio mil datos, mil recomendaciones hasta nos dejó tener la camioneta en la mañana sin cobrarnos, y todo por la buena onda, encontraba bacán que nosotros anduviéramos de viaje y que fuéramos chilenos. El nos contó que Popayán es zona roja, así le llaman a los sectores donde hay guerrillas, pero yo creo q es para puro meter miedo, porque ahora esta súper calmado todo, desde el gobierno de Uribe q le dio con todo a la guerrilla, toda esa ola de violencia e inseguridad que había antes ha cambiado mucho.

Salimos en busca de un mapa y llegamos a la plaza central, donde está la catedral. Nos dieron las indicaciones donde estaba la oficina de información turística, pero no dimos con ella. Sin GPS no somos nadaaa!! Bueno y le preguntamos a tres policías que andaban por ahí, nos escoltaron hasta que llegamos a la oficina. Nos preguntaban que nos parecía el país y mil cosas, muy simpáticos, nos contaron que para hacer un recorrido por la ciudad podemos solicitar un policía, es como una medida para fomentar el turismo.

No había mapa de Colombia en la oficina y partimos a otra parte, una oficina de mapas del municipio, pero estaba cerrada y la última opción era ir a una bomba de bencina, ahí había alguna posibilidad de encontrar lo que estábamos buscando.
Encontramos una y el señor dueño de la oficina, un viejito muy buena tela nos dio la tremenda charla sobre su país, la guerrilla, la seguridad, y sobre la vida, los viajes, de todooo. No tenía ni un mapa y se lamentaba, hasta q converso con los trabajadores de la bencinera y finalmente uno de ellos tenía un mapa que nos regalo.
Nos dio mil recomendaciones y nos advirtió de un camino que queríamos hacer, esa conversación hizo que cambiáramos de planes y nos fuéramos por otro camino más largo para llegar al Desierto de la Tatacoa.

Antes de regresar a buscar la camioneta nos topamos con un puesto de frutas y conversamos con el tipo y nos hizo probar el Zapote, una fruta deliciosa.
Salimos de Popayán, rumbo a Cali, allá teníamos un contacto con una persona de Couchsurfing, el nos hospedaría en su casa.

El camino sigue siendo muy lindo, dicen que acá en vez de que crezca maleza crecen flores y es muy cierto. Hay flores por todas partes, árboles por todo el camino.

Hay muchos puestos de militares en la vía, ya se hace normal para nuestros ojos, nos sentimos seguros y yo creo que los colombianos también lo sienten así. Cuando pasamos por los puestos de milicos, nos hacen ok con el deo gordo de la mano, jajja la primera vez que nos hicieron nosotros con nuestro ego, pensábamos que era por ser patente extranjera, pero después conversando nos contaron que deben hacerle a todo así para indicarles que no hay problemas en el camino.

Vemos también las famosas Chivas, que son el medio de transporte más común en los sectores rurales de Colombia, es una micro súper grande, sin puertas ni ventanas, con un techo con barandas que le permite llevar de todo, sirven mucho para cuando las personas transportan lo que van a vender a las ciudades. Son bellas, coloridas, y alegres. Yo cada vez q veo una me alegro porque la gente va colgando, fumando arriba del techo, como si estuvieran en el living de la casa.

Hicimos una parada para ver lo que ofrecían los vendedores y probamos la famosa arepa, la rial, la rica! Es una masa de harina de maíz, como una tortilla rellena de queso. Una delicia.

Llegamos a Cali, descubrimos que donde nos quedaríamos no era en el centro de la ciudad sino que a la chucha del mundo. Pero mejor para nosotros no queríamos estar en medio de todo el ruido y la caótica ciudad. Como era una finca o parcela, se nos antojó comprar pollo para hacer un asado!.

Nos contactamos con Urben y nos fuimos a su casa que queda en un pueblito, llamado Felidia, como a 20 minutos de Cali, el camino es en medio de montañas muy frondosas, el paisaje es bello.

Llegamos a la plaza del pueblito donde nos esperaba Urben y lo seguimos hasta la casa, que queda a las afueras del pueblito, nos toco dejar la camioneta en el camino porque no había pasada para la casa y de ahí caminamos como 10 minutos. Leejosss, pero el lugar es espectacular.

Después de conversar un rato con el man q nos alojo nos pusimos a hacer el asadito antes q se pusiera a llover.




















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