Nos despertamos temprano para mover la camioneta a otro sitio donde no molestara. Cesar nos invitó a tomar desayuno en un restorant, el menú fue patacones con queso y carne mechada con papas y otras cosas, livianito.
Conversamos con nuestro anfitrión y nos cuenta que quiere hacer el mismo viaje en su combi, pero quiere hacerlo en un par de años más para juntar dinero.
Nos invita a quedarnos todo el tiempo que queramos, los argentinos se quedaron 2 meses! No gracias, nosotros no nos quedaríamos tanto tiempo en el mismo lugar. Nos ofrece algo que no podemos desperdiciar, unos familiares andan de paseo en la ciudad, al siguiente día irían al Parque Tayrona nos dice q vamos con ellos y q nos hagamos pasar por nacionales, sus primos nos compran las entradas… nosotros no debemos hablar… no pensamos mucho y le decimos que sí… teníamos muchas ganas de ir, pero el costo de entrada es muy caro para extranjeros.
En la tarde salimos a pasear por la ciudad, por la costanera donde nos persiguen para que tomemos un bote que no queríamos tomar. Nos topamos con una publicidad donde aparece el Pibe y luego nos sentamos en la plaza y vimos a une especie de entrevista o reportaje a una lugareña con pinta de miss... y luego fuimos en busca de una hamaca y una mini-chiva, nuestros recuerdos de Colombia.
Cuando volvemos al negocio, nos proponen hacer alguna comida tradicional chilena… no querían nada pesado, sino que algo para comer rápido… que mejor q las sopaipillas con pebre… y nos fuimos a la casa del César, de su esposa Ruby y de sus hijas Laura y María Isabel. Nuevamente causaron furor, nunca las habían probado y les gusto mucho. Después de la sopaipillaton nos fuimos a descansar.
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