jueves, 27 de enero de 2011

Jundiá a Presidente Figueiredo

9 de Enero de 2011

No es difícil despertarse temprano… sale el sol como a las 5:30 de la mañana, a la hora después es imposible seguir encerrado en la camio… yo le había prometido a los niños que yo haría el desayuno y me fueron a buscar para cumplir lo prometido… les hice unas arepitas integrales con huevo, les encantó. Felipe me dice que las puedo ir a vender a Bariloche y que seguro todos me compran porque son muy ricas.

Mientras hacemos las arepitas, Dio y Feli me muestran sus libros de animales… saben hartas cosas, me cuentan que el pez más venenoso del mundo es el pez escorpión y otras cosas… les gustan los animales y los rompecabezas, tienen unos que arman y desarman sin cansancio.

Después de tomar desayuno ordenamos nuestras cosas, continuamos nuestro camino e ingresamos a una reserva indígena, se llama “Waimiri Atroari”, en la entrada vemos un cartel con todas las reglas… No parar, No fotografiar, No filme, No atropelle a los animales, No haga fuego… además los Patagonia nos dicen que después de las 6 de la tarde no se puede pasar.

El Pablo investigó en internet y me cuenta que los indígenas de ese sector son muy violentos, hace muchos años se armó una especie de guerra porque los querían conquistar… además querían construir el camino y una represa… mandaron curitas, antropólogos para dialogar con ellos, pero todos murieron a manos de los indígenas… también muchos indígenas murieron en manos de los querían conquistar… la población llegó a unas 374 personas en el año 1987 y ahora está en unos 1350 habitantes, aumentó considerablemente desde que el gobierno respeta sus tierras.

Pasamos rapidito por ahí, son aproximadamente 125 kilómetros de carretera que pasan por la reserva… hay varios carteles que dicen no parar, no sacar fotos, pero como nosotros somos porfiados igual paramos y sacamos fotos. A lo que no le sacamos foto y por respeto decidimos no hacerlo, fue a un indígena que iba caminando por la carretera, iba vestido pero llevaba un arco y flechas.

De animales sólo vimos un monito chiquitito que arrancó y no quiso que le sacáramos fotos… y aves también vimos papagayos, loritos, entre otras aves tropicales…

La reserva es linda, es selva, hay mucha vegetación y en algunas partes, donde hay acumulación de agua, a causa de la represa, se logran ver unos árboles secos, yo creo que debe ser por las inundaciones.

Llegamos a Presidente Figueiredo, buscamos una señal de internet para comunicarnos con la familia… ya llevamos días sin hablar con ellos. Al rato nos juntamos con los Patagonia y nos instalamos en el estacionamiento de un restaurant.

Nos vamos a bañar al río, el agua es caudalosa, pero está rica… a Javier casi se lo lleva el agua!. Los niños juegan fascinados con el agua, incluso van a buscar sus botes en miniatura para que naveguen en el agua.

Salimos del agua y vamos a comer… volvemos a salir de nuestros hogares… cerquita hay una estatua, sale un indio con un arco, un jaguar y un pez, es grande… nos sacamos fotos arriba de ella.

Vamos al río… escuchamos el ruido de unos sapos, se nos ocurre encontrar alguno para mirarlos… comenzó la cacería de sapos… no fue difícil encontrarlos porque había muchos!!! Nos divertimos mucho en la cacería, Dio y Feli más que todos, al principio estaban tímidos no se acercaban mucho, pero después los sapos arrancaban porque los querían tocar. El Pablo atrapó dos e hicimos una competencia de cuál era el sapo más rápido… ellos se estresaron y no se quisieron mover.

Los niños encontraron una amiguita, no recuerdo su nombre, pero la Minina no tenía miedo a los sapos y los tocaba… le decía en portugués a Dio y Feli… despacito! Hay que tocarlos despacito porque sino se asustan… en su búsqueda encontraron un escarabajo que examinaron por todos lados…

Así se terminó la noche… cazando sapos.
























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