jueves, 20 de enero de 2011

Puerto Ordaz

29 de Diciembre 2010

Puerto Ordaz es una ciudad grande, al parecer hay bastante dinero, porque hay yacimientos de petróleo, además hay hidroeléctricas y se concentran varias industrias grandes de aluminio, siderúrgicas entre otras. En las calles no vemos autos viejos, como los vimos en gran parte de Venezuela… hay autos bonitos y grandes.

Eva nos cuenta que también hay cárceles y que son las peores del país. En una de esas cárceles hay un tipo que se llama Wilso, que es todo un fenómeno. Es como el capo de la mafia venezolana, ha cometido muchos crímenes… hay otras bandas que lo buscan para matarlo, hasta de otros países y por eso mismo “el decidió que quiere estar en la cárcel, porque está más seguro”, el tipo maneja sus crímenes y delitos desde la cárcel. Incluso Eva nos dice que las personas en Puerto Ordaz si les llegan a robar el auto, van a la cárcel a hablar con Wilsito y él hace unos llamados y a cambio de una alta suma en dinero se la devuelven... Es más, los que tienen mucho dinero le pagan para que no secuestre a sus hijos o familiares y este mafioso les entrega una calcomanía que deben pegarla en el auto.

Eva nos muestra un video en youtube, donde el tipo sale hablando en una universidad, de lo poco sanas que son las cárceles, de lo sucias y de que ellos deben ser tratados como seres humanos… leo los comentarios que salen abajo… me da pena, vergüenza… cómo este tipo que ha sido capaz de matar y descuartizar a miles de personas, que ha torturado, es capaz de hablar de humanidad y cómo es posible que le den tanta tribuna a un delincuente y asesino?, este mundo está loco…

Ese día nos fuimos a pasear al Parque de La Llovizna, nos dijeron que era muy lindo y para recorrerlo hay que estar casi todo el día.

La entrada es gratuita, estacionamos la camioneta y un señor se acerca y se sorprende de la patente, CHILENOS!! Grita, nos hace un interrogatorio de nuestro viaje, jajaj, nos desea un buen retorno a nuestro hogar.

El parque es gigante, cerca de ahí hay una hidroeléctrica, quizás el parque lo construyeron para aminorar el impacto ambiental de ésta, pero no estoy segura.

Caminamos por lindos senderos, hay mucha gente… en un sector hay una laguna donde hay muchos peces… tratamos de tocarlos pero son inalcanzables… además para qué molestarlos.

En nuestro paseo vimos una lagartija diminuta, era como del porte del dedo pequeño de un niño, al parecer no tenía miedo porque la tocamos y el Pablo se la subió a la mano y no arrancó. La dejamos donde mismo para no perturbar su vida y nosotros seguimos caminando hasta llegar al Salto de La Llovizna, es inmenso y cuando la hidroeléctrica abre las compuertas más grande se ve el chorro de agua.

Cuando estábamos sentados mirando el agua caer, al Pablo le dieron ganas de degustar las papas fritas que andábamos trayendo… le sacaba una capita picante que traían y luego se comía las papitas, hasta que se terminó el paquete…

Después estuvimos harto rato observando como unas hormigas lograban sacar grandes pedazos de pan para llevarlos a su hormiguero.

A lo lejos divisamos el estadio desde donde se transmiten los partidos de fútbol internacionales… parece que es bien famoso me decía el Pablo.

En nuestra caminata vimos hartos alimalitos…. Nos sorprendió uno que era como un ratón – conejo o toporatón, era grande y saltaba. Y también vimos monos, muchos monos!!, aunque estos están acostumbrados a los seres humanos porque se acercaban sin miedo. Había gente que les daba comida, a pesar de que había un letrero enorme que decía, “No Alimentar a los Animales”.

Se terminó el paseo y nos fuimos a casa de Eva, ella había organizado una reunión con sus amigos y otros de la comunidad de couchsurfing. Estaba ella, su amiga Adriana, el argentino Manuel, dos amigos de Eva y su hijo Juan.

La pasamos muy bien conversando y riéndonos de las locuras de una mescolanza de naciones.






























No hay comentarios:

Publicar un comentario