Desde Parnaíba partimos al Parque Lençois Maranhenses…. Ese era nuestro fin último… íbamos a llegar sí o sí!.
Para llegar hay dos opciones una corta, pero con un camino pésimo y otra más larga, con carretera… nosotros elegimos la primera.
Después de manejar unos kilómetros llegamos a Tutóia, es una ciudad que conecta con Paulino Neves, desde donde sale la ruta 4x4 hacia el parque. Paramos a ver el mapa y cuando llegamos a Paulino Neves preguntamos por el camino… nos decían que debíamos pagar un guía, que nos íbamos a perder, que la ruta estaba muy mala a causa de las lluvias, mil cosas! Bueno y cuando estábamos preguntando por la ruta, se nos acerca un loquillo que dice en un portugués clarito que él puede ir con nosotros y que no nos cobra, porque quiere llegar a Barreirinhas, la ciudad antes del Parque…. Con el Pablo nos miramos… perfecto, lo llevamos, jajja. Nosotros le hacemos el favor de llevarlo y él nos sirve de guía, q mejor!
El camino no estaba tan malo, pero si había que tener mucho cuidado de no meterse en grandes pozos de agua… el camino esta súper marcado… así solos no nos hubiéramos perdido jamás, además que en el GPS sale bien marcado el trayecto.
En ocasiones la arena está más suelta, pero no es terrible… el paisaje es bello!! Dunas mezcladas con lagunas y arbustos! El contrastes de los colores hace q todas las fotos sean especiales.
Luego de manejar cerca de dos horas llegamos a Barreirinhas, paseamos por el pueblito… toda la ciudad está relacionada con el Parque Lençois, es muy turística y tiene de todos los servicios. Nosotros nos dirigimos a la oficina de turismo, donde también nos querían encachuflar un guía!, y le preguntábamos si era alguna disposición del parque ir con guía o era para ganar dinero, jaja. Al final el tipo nos dijo que no era disposición del parque, así que partimos solos.
Para pasar al parque hay que atravesar un río en una balsa remolcada por un bote a motor, no es costoso vale 15 reales ida y vuelta. El parque no cobra por el ingreso… si van en auto solo hay q ir en 4x4, porque sólo hay huellas, no es un camino establecido y esas huellas no están en las mejores condiciones.
El Pablo le bajo la presión a los neumáticos para que pudieran andar mejor en la arena. Nos bajamos de la balsa, todo bien con el camino… pasamos por pozas de agua, siempre tanteando con los pies la profundidad, habría sido un cacho quedarse pegado o con algún problema en ese camino.
Disfrutamos mucho ese trayecto! Toda una aventura 4x4, como las que salen en la tele, jajaja. En una ocasión íbamos pasando por una parte con barro y nos salto hasta dentro de la camio!.
Finalmente llegamos al sector donde se encuentra la Lagoa Azul… habían muchos turistas que se estaban yendo, andaban en las camionetas de los tour. Todos nos miraban porque era el único vehículo particular, ajajaja, además con placa chilena. Hasta le sacaban fotos a la camio… lo más entretenido es que los tours estaban en la retirada y nosotros quedamos soliiitos!!!
El Pablo estaba feliz sacando fotos, fascinado con las dunas, con los colores, el cielo, con las formaciones esculpidas por el viento.
Se vino el atardecer… caminamos por la dunas y como estábamos solos pudimos andar como llegamos al mundo, en pelotas, jajja… fue tan rico!! Sentir el viento… sentir la libertad!!!
Esa noche nos quedamos a dormir ahí, escuchando sólo el ruido del viento y de la lluvia...
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En este día tan especial, mi madre además está de cumpleaños... publicamente madre mía te quería agradecer el haberme dado la vida y poder disfrutarla de esta manera... no nos vemos hace ya más de siete meses, sin embargo siempre estas presente en el viaje!, muchas gracias por tu apoyo incondicional!, te amo!, tu hijo el Pablo.
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