domingo, 20 de marzo de 2011

Itabuna a Itamaraju

04 de Marzo de 2011

Despertamos con toda la bulla del ingreso de los buses de trabajadores al Centro de investigación del Cacao, el cual pertenece al Ministerio de Agricultura. Y también despertamos con la bulla de las personas, se acercaban a la camioneta, decían “Chile”, se reían y conversaban. Nosotros queríamos seguir durmiendo dentro de la camio y decíamos entre nosotros: “putas la gente bulliciosa!! Porque no se van a trabajar y nos dejan dormir!”, jajja que patudos, jajaj.

Terminamos levantándonos de madrugada, y cuando estábamos ordenando nuestras cosas llegó el guardia, diciéndonos que teníamos que mover la camioneta porque estábamos estorbando el ingreso. Ups!

Conversamos con la gente, nos dejaron ingresar al recinto y estacionarnos dentro, hasta que el tour comenzara. Aprovechamos de ir al baño y hacer nuestro aseo personal matutino, jaja.

Nos presentaron a Mónica, nuestra guía. Nos conversó acerca de la institución… Ceplac es un centro que se dedica a la investigación de la producción del cacao en Brasil, ya son varios años que tienen de experiencia. El recinto es súper grande y trabaja mucha gente. Tienen diferentes espacios donde se realizan investigaciones de insectos y de diferentes plantas.

Nos cuenta que el cacao sólo se da en lugares con sombra, por eso vemos que en toda la plantación hay árboles con mayor altura que les proporcionan la sombra necesaria. Tiene un ciclo, al igual que todas las plantas. Justo en ese momento no es tiempo de cosecha y sólo se están procesando los frutos que tienen guardados.

Llegamos a un lugar donde procesan el cacao… aprovechando todo… lo que se transforma en chocolate es la semilla, la cual se seca en unos secadores especiales. Luego esa misma semilla, a través de diferentes procesos, se transforma en chocolate negro o blanco o en mantequilla de cacao o en otros derivados.

Terminamos el paseo en el lugar donde elaboran los chocolates, nos mostraron algunos derivados y por supuesto nos dieron chocolates!

Luego de ese recorrido Mónica nos llevó a otra sección, es un lugar de protección del “Bicho Preguiça” o mejor conocidos como osos perezosos. Esa sección la administra Preguiçawoman, como la bautizó Pablo, porque no recordamos su nombre, jajaja. Ella nos llevó de paseo por medio de la floresta, en sus brazos cargaba un Bicho Preguiça… parecía un bebe… lo triste es que había tenido un accidente, se colgó de los cables eléctricos y se quemó las patas y las manos, por lo que quedó sólo con muñones… Preguiçawoman la carga porque el animalito no se puede subir a los árboles y por lo tanto no se puede alimentar.

A ese lugar llegan muchos Bichos Preguiça que han sido lastimados, ya sea por acciones de ellos mismos o por las de otros.

Llegamos a un lugar donde tienen en recuperación a varios perezosos, todos cuelgan de palos que han puesto en el techo… un señor les está poniendo ramas de árboles para que se alimenten. Pensábamos que el pelaje era duro, pero cuando tocamos uno, nos dimos cuenta de que es suave… y tienen tremendas garras.

En nuestro paseíto por la floresta también vimos una araña gigante, pero no exagero, era enoooorme, más grande que todas las arañas del universo, jaja, bueno eso es exagerado, pero nos sorprendió su porte, era como tres veces más grande que una tarántula.

Lo último que visitamos en el Centro de Investigación fue el Museo del Cacao, la verdad es que más que un museo dedicado al cacao, era un museo con la historia del Centro… lo más interesante fueron las cosas viejas que tenían… una filmadora antiquísima, cámaras de fotos, medidores de acidez y muchas cosas más.

Nos despedimos de la gente que nos atendió tan bien y partimos nuestro viaje… viajamos por horas… hay muchos árboles lo que nos favorece a nosotros para que haga menos calor.

Les comentamos que en el norte se reemplazaron miles de hectáreas de mata atlántica con caña de azúcar y palmeras… bueno, por estos sectores se reemplazó con eucaliptos… se ven los cerros pelados y los que se ven con árboles son eucaliptos.

Comenzamos a buscar un lugar para quedarnos, a lo lejos divisamos una pared de rocas, tiene diferentes niveles y se ve lindo… pensamos “por acá debemos quedarnos para ver esto con más luz”.

Llegamos a una estación de servicio y nos estacionamos, ésta estaba abierta toda la noche, por lo que hubo mucho movimiento todo el rato que estuvimos allí. Ya de noche comenzaron a llegar camioneros y otros vehículos… nosotros queríamos ser invisibles en esa noche y lo fuimos.





















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