Lo mejor de la noche anterior es que hizo frío!!! Y llovió mucho!! Rico, porque siempre despertamos con calor y esa mañana hasta nos dieron ganas de quedarnos acostados perooooooo no se pudo porque a las 6 de la mañana comenzó el movimiento en la estación de servicio.
Salimos de Tamandaré y pasamos por una reserva ecológica en la cual había carteles de animales silvestres. Tomando la carretera principal lo que más se ve son plantaciones de caña de azúcar… por todos lados!!!! Esas plantaciones son un tema, porque nos contaban que para hacer las plantaciones tuvieron que cortar mucha Mata Atlántica, una especie de selva tropical que existe sólo en Brasil, Paraguay y parte de Argentina… y es una de las selvas más amenazadas del mundo, actualmente en Brasil sólo queda el 10% del área original. Allí habita una biodiversidad única y que ha sido destruida por los intereses económicos de unos pocos que tienen mucho dinero.
Pasamos por un pueblito costero bien abandonado, pero igual de lindo. Unas playas olvidadas por los turistas… se notaba que era un pueblito dedicado a la pesca artesanal. Lo que nos llamo la atención fue una estatua de un sacerdote que estaba en el centro, decía “A la memoria de Padre Cícero”, nos llamó la atención porque muchos minimercados de la zona tienen ese nombre. Averiguando la historia supimos que fue un sacerdote bien famoso en el noreste de Brasil, según lo que leímos se supone que hizo un milagro y cuando lo mencionó en una misa, fue marginado de la iglesia. Años después de su muerte fue reconocido como santo…. Ocurre en todas partes, después de muerto todos son santos, son los hijos ilustres, los mejores artistas, los mejores hijos, los mejores padres, jajaj. Bueno, este sacerdote después de muerto es santo y tiene hartos minimercados.
Salimos de ese pueblito y en la ruta vemos más plantaciones de caña de azúcar, caña, caña, caña!! Por todos lados!!! Ah y también lo que vemos hartos campamentos en la orilla de la carretera, en ese sector los campamentos son bastante precarios… se ve mucha pobreza.
En nuestro viaje por Brasil hemos visto la pasión futbolera de esta gente… por eso son los mejores del mundo, porque llevan en la sangre el juego… desde niños juegan y en todas partes, en la calle, en los cerros, en la playa, con y sin zapatillas, con y sin luz, en la mañana, en la tarde (con el tremendo sol ) y en la noche…. Ufff, eso es pasión por un deporte!!
Ese día llegamos al estado de Bahía, donde está la mayor población de afrodescendientes del Brasil… íbamos en plena calle y vimos a unos niños jugando a la pelota en una cancha que estaba instalada en la pendiente de un pequeño cerro, jajja, no pudimos dejar de sacarle una fotito, pura pasión… y no eran sólo hombres sino que niñas también.
Seguimos viajando y llegamos a otra playa donde queríamos hacer snorkel, pero la marea estaba rara… había dejado muchas algas navegando en las olas, así que no quisimos meter las patitas al agua.
Nos subimos a la camio para continuar el viaje, llegamos a Maceio… ni un brillo, jaja, perdón a los que les guste, pero era fin de semana y la ciudad estaba muerta, no había nada… además estaba nublado y el mar no era tan bonito por esa zona… de lo que nos sirvió la pasada por ahí, es que pasamos por un supermercado y nos abastecimos de pan… como habíamos comprado tomate la noche anterior, nos hicimos unos ricos sándwich de tomate con ajo… que se han puesto tan de moda en nuestro viaje, jajja. Aunque el Pablo alegue que le pongo mucho ajo, jaja, igual me dice, con un aliento a dragón, que está rico!!
Salimos de Maceio con dirección no clara… la vegetación del camino cambia, pasamos de ver pura caña a ver palmeras, palmeras, palmeras.
Vemos en una parte que hay un mirador en lo alto de una torre, paramos para subir al mirador y una señora nos dice, por supuesto en portugués, tienen suerte, el cobrador recién se fue, suban, suban!!! Jajaja. Llegamos a lo alto y para el lado de la costa hay puras palmeras, palmeras y palmeras y para el otro lado hay caña, caña y caña.
Comienza a atardecer y nosotros comenzamos con la búsqueda de un lugar para dormir, nos acercamos al pueblito más cercano y como siempre buscamos la estación de servicio, pero no nos pareció segura, así que nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo… era día domingo y la probabilidad de encontrar algo abierto, era mínima, pero somos porfiados.
Entramos por una calle y veo un portón abierto, pregunté si era estacionamiento y le explique toda la historia al tipo, me dijo que esperara, porque iba a ir a conversar con su jefe que estaba ahí trabajando… me hicieron pasar a una oficina donde habían tres hombres… recién ahí cache que era la oficina de tránsito de la municipalidad.
Los señores muy atentos me prestaron una silla y lentamente, para que entendieran mi portuñol, les explique nuestra historia. El jefe del departamento que se llama Batista nos dijo que podíamos quedarnos sin problema y le dio instrucciones a los que quedaban en la guardia para que nos dieran café y nos prestaran baño… como buen brasileño dijo: “fica a bondade”.
Entro el Pablo y comenzamos a hablar, Batista que es pastor de una iglesia nos invitó a su casa, pero con la condición de que debíamos ir al culto, jajjaj. Mejor nos quedamos ahí, jajaj.
El debía ir al culto a su iglesia y como regalo de despedida nos dio unos papelitos de su religión… y nos encantó el mensaje que tenía “Nunca desistas de tus sueños”, había un relato de un pasaje de la biblia, era una especie de parábola, que decía que con fe todo se podía lograr. Lo pusimos donde van los documentos de la camioneta, está bien visible, para ver el mensaje en el camino… creemos que no fue casualidad que nos regalara ese mensaje.
Batista se fue y nosotros quedamos con Paulo y otras dos personas, estaban de guardia… en caso de que ocurriera un accidente de tráfico ellos debían salir de inmediato a ver lo ocurrido y a prestar ayuda.
Compartimos una cena muy rica de lentejas con arroz y ensalada de pebre… ellos quedaron fascinados con la comida. Luego nos quedamos trabajando en el computador y luego a dormir.
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