domingo, 20 de marzo de 2011

Vale do Capao a Tapiacanga

1 de Marzo de 2011

Son tantas las cosas que descubrimos en este viaje y siento que de todo queremos aprender e investigar.

Llega el día que necesitamos partir de Vale de Capao… es triste, porque nos sentimos como en casa, con nuevos amigos y con un entorno que nos gusta… la gente que vive ahí, ha encontrado armonía, paz y conexión con la pachamama… espero que en unos años más no se vuelva un lugar viciado, es lo que suele ocurrir con los lugares místicos… comienzan a llegar los turistas, los vicios, la basura, la contaminación y en poco tiempo se destruye todo lo que se cuido por millones de años.

Nos despedimos de Julio, Santiago y Pibete, el gato. Luego nos vamos a despedir de Cristian, de su esposa e hija. Nos muestran su taller de orfebrería. Conversamos largo rato… no queremos irnos pero es necesario.

Salimos de Vale de Capao y pasamos a la Cachoeira do Riachinho, el Pablo se decide a tirarse unos piqueros… el lugar es tranquilo, sólo se escucha el ruido de la cascada.
Seguimos nuestro camino, nos se ven muchos autos… en el paisaje se ve un cordón de morros cubiertos con pasto, suponemos que ese cordón marca la frontera del Parque Chapada Diamantina… hay formaciones rocosas muy lindas y usando la imaginación se logra ver hasta una vaca en las rocas, jajaja.

Comienza a atardecer y necesitamos buscar un lugar para dormir… como el paisaje estaba tan bello, nos decidimos a buscar un lugar cerca de ahí… nos metimos por una pequeña calle y llegamos a unas casas… conversamos con los dueños y le pedimos si podíamos dormir debajo del árbol… dijo que sí y nos estacionamos.

Corría mucho viento… eran dos familias las que viven en ese sitio… nos observaban a lejos, no sé si con miedo o curiosidad o una mezcla de las dos… se acercaron mientras nosotros preparábamos nuestra cena, y para espantar su desconfianza les mostramos lo que llevábamos en la camioneta, vieron nuestra cama… nos reímos y al parecer se les fue el miedo de estos extranjeros medios gitanos que entraron a su propiedad.

Mientras cenábamos observábamos como los árboles se movían al ritmo del viento… nosotros estacionamos la camioneta debajo de un gran eucalipto pensando que sería lo mejor para protegernos del sol en el amanecer… y nos fuimos a dormir.

Después de unas cuantas horas nos despertamos con el ruido del viento… nos dio algo de susto… nos pusimos medio trágicos y pensamos… “y si se rompe una rama y nos cae encima?”, medio dormidos nos preguntábamos, corremos o no corremos la camio… después de unos minutos ya estábamos abajo empujando nuestro hogar hasta fuera del alcance de las ramas.













No hay comentarios:

Publicar un comentario