martes, 27 de julio de 2010

Sucre, Ovejería, Puente Arce

Salimos de Sucre con la idea de llegar a Cochabamba ese mismo día, pero como todo es modificable en este viaje, en el camino vimos un río, nos acercamos con la camioneta y se veía relindo, así se nos ocurrió la brillante idea de que era el momento preciso de que nuestra “movilidad”, como le llaman los lugareños ,(la camio) tuviera su primer baño, así que la bautizamos con las aguas cristalinas del Río Grande, cerca de un sector llamado Ovejería. Fue intensa esa tarea, porque la camio estaba con una “super capa protectora antiflaites y meaos de perro” de tierra, como de dos centímetros, casi q tuvimos que escobillarla para sacarle too el piñén!!!

Luego de esa tarea titánica, dijimos… tenemos cualquier de ropa sucia!!! Dicho y hecho… Y weno, ahí nos recibieron las aguas para hacer nuestra limpieza de ropas. En plena tarea se nos acerco una niña, llamada Ximena, nos acompañó todo el rato que estuvimos ahí, hasta nos ayudo con el acarreo de cosas, luego apareció su hermana, ambas de alrededor 13 años, no sabían leer.

En ese lugar fue el primer ataque de mosquitos, nosotros estábamos más urgidos que talibán en Nueva York, porque no habían pasado los días de inmunización de la fiebre de amarilla, ni un brillo si nos enfermamos!.

A la hora q nos desocupamos imposible que llegáramos a Cochabamba, así que buscando un lugar para pasar la noche en el camino, nos encontramos con una casita bien humirdeee, el dueño de casa estaba tejiendo una red para pescar… le preguntamos si podíamos quedarnos en el sitio continuo a su casa, y ni un drama!!!! Bienvenidos nos dijeron!

Eran tan wena tela la familia que nos quedamos dos días. La noche que llegamos conocimos a toda la prole, el dueño de casa Juan José, su esposa, Simona y sus cuatro hijos, Noelia de 13 años, Freddy de 12, Evelyn de 5 y Marvin de 2 años. Conversamos y la poca comida que tenían la compartieron con nosotros. Más de noche llegó la abuela, con varios sacos q ayudamos a bajar de la movilidad. Todos hablan quechua, y sólo los hijos y Juan José hablan español, la madre entiende repoco.

Al día siguiente, necesitábamos terminar de lavar ropa, así q nos fuimos nuevamente al río y ahí estuvimos caleta de rato lavando, nos falta la práctica boliviana, acá es común ver a personas lavando en el río. También llegó Ximena, con dos de sus hermanas, iban para que les sacáramos fotos. Con las niñas me metí al río, porque también me tocaba baño, así que hasta ellas tocaron shampoo.

Al terminar nuestra sesión de lavado, nos devolvimos a la casa del Juan José, llegamos a cocinar, unos rico tallarines con una salsa deliciosa que compartimos con la familia, para agradecer su hospitalidad. Conocimos más sus costumbres y rutinas, la madre estaba tejiendo un canasto de mimbre, la abuela estaba asando varios sacos de camotes que luego vende en Sucre, en esta tarea era ayudado por Freddy y Noe. Ambos son los hijos mayores y tienen designadas sus tareas, Noe es la que cocina todas las comidas de la familia, además se dedica a pastorear las cabras, lavar y ordenar. Freddy es el que hace fuerzas, va a buscar leña, acarrea el agua desde el pozo, prende fuego y también le hace al pastoreo. Los más chicos solo juegan.

Le dijimos a Juan José que andábamos con el pc y con películas que queríamos ver con los niños, en la noche y ni un drama. Llego la hora vieron fotos del viaje y comenzamos a ver la película, UP!, nosotros atentos a lo que ocurria a nuestro alrededor, la pareja se quedó dormida y Freddy y Noe atentos a la película, lamentablemente no la pudieron ver tranquilos porque a cada rato a aparecía la abuela mandoneándolos, fue penca, porque sabemos que es otra cultura, donde esos niños asumen roles, pero estaban tan metidos con la película y no podían descansar un ratito y verla tranquilos. Finalmente no terminamos de verla, la apagamos porque cachamos que era bien complicado que se sentarán a mirarla. Nos fuimos a la camio, yo con un pokito de desazón en el corazón.

El Freddy estuvo gueviando hasta altas horas de la madrugada clasificando camotes con la aguela, estaba bien choreao el hombre, hasta en una le echo unas quechuachuchadas a la aguela y le tiro un saco… demás que reaccionó así, si a las finales la ñora le arruinó una de las escasas jornadas distintas y especiales que tenía a la mano y no la pudo disfrutar a concho… Al otro día nos levantamos y no estaba el Freddy… se había ido a Sucre con la anciana, al parecer para ayudarle con los famosos camotes… preguntamos por él y la Simona nos dijo que llegaría como a las 17 horas, así que fue imposible despedirnos de él… una pena… pero es la realidad de los niños de nuestro vecino país…

Saludos

Px y Negrita.







































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