jueves, 15 de diciembre de 2011

Achao a Chonchi

07 de Octubre de 2011

Los chiquillos tienen la tremenda casa! Varias habitaciones y la tremenda vista a Achao… ese día tuvimos la bendición del sol y nos encanta, se pueden ver las islas a lo lejos, el mar, las montañas repletas de cultivos, de bosques y animales…

Justo cuando nos estábamos yendo nos topamos con Pancho y la Julita para despedirnos, andaban en la camioneta de Pancho… está recién aprendiendo a manejar y ya le voló el vidrio de atrás y le ha hecho algunos abollones, ya no es una Chevrolet es una Hevrolet, jajaja. Partimos agradecidos de tanta hospitalidad. Los chilotes son muy generosos y te brindan su amistad sin pedir nada a cambio… ese espíritu contagia a todos los que llegan a la isla.

Seguimos recorriendo otros sectores de la Isla de Quinchao… paramos en cada mirador que se nos atraviesa en el camino. El día está hermoso y nos permite disfrutar mucho más del paisaje… estamos en la época en que el espinillo florece y vemos toda la ruta llena de flores amarillas.

Hay algo que no nos agrada mucho y son las piscinas de salmones y los cultivos de mariscos… están en casi todas las playas y le quita la belleza al paisaje y por supuesto está la modificación de los ecosistemas naturales.

En el sector de Ten-Ten caminamos por un sendero que nos lleva a un mirador que está ubicado en medio de un bosque. Había muchos pájaros y como hay muchas flores vimos muchos picaflores.

Visitamos también la iglesia de Matao… Matao es pequeñito, apenas tiene una calle, la recorrimos fácilmente… caminamos por sus costas… en una casa vimos muchos chanchitos chicos, muy juguetones parecen perritos. Son muy divertidos sus movimientos y nos quedamos pegados en su forma de jugar… agradecemos de tener el tiempo para disfrutar de esos pequeños espectáculos que nos ofrece el camino.

En Quinchao nos detenemos y vemos estacionada la camioneta de Pancho, anda con la Julita… tienen una reunión para organizar una fiesta de comidas tradicionales de Chiloé… igual es entretenida su pega, tienen que andar de aquí para allá y visitando a harta gente.

Aprovechamos de visitar la Iglesia de Quincaho, que está muy bien restaurada... mientras los chiquillos iban a su reunión nosotros nos fuimos a caminar por la playa… allí descubrimos unos chorritos de agua que salen de la arena… cavamos y encontramos unas mini almejitas.

Los chicos se tienen que ir y nosotros seguimos también nuestro rumbo… nos detenemos en otra playa, llamada Petra. Allí nos la dimos de mariscadores, porque también vimos los chorros de agua que salen de la arena, pero eran más grandes… aprovechamos que está la marea baja y comenzamos a cavar. El Pollito le encuentra la técnica, porque descubrimos que estos mariscos sacan un cucurucho de la concha y ese es el que lanza el agua. Bueno y parecíamos cabros chicos, cada vez que veíamos un chorro de agua partíamos a hacer un hoyo… así estuvimos como una hora y encontramos varias “Tacas”… nosotros pensábamos que eran almejas pero después descubrimos que se llaman así y es un marisco que se parece a la almeja y a la macha… juntamos como dos kilos.

Nos despedimos de Achao y partimos a Chonchi… antes eso si pasamos a conocer la iglesia de Chullec… íbamos apurados porque queríamos ver el partido de fútbol de la Selección Chilena… calculando los tiempo no nos iba a dar para llegar al partido, así que pasamos a Dalcahue. La Anita estaba en Chonchi y la alternativa que teníamos era ir a la casa de la Bárbara, la amiga de la Anita, que vive en la casa de la tía Eliana. Con un poco de vergüenza partimos para allá, si nos decían que nos quedáramos nos quedábamos sino íbamos a ver el partido a algún boliche.

Lo rico de estar en Chiloé es que nadie te cierra la puerta, es más llegamos a la casa de la Bárbara y nos sentaron a tomar once y a ver el partido… y nosotros que ni teníamos la intención de comer, pero bueno!!, si nos invitan por algo será… nos sentimos muy acogidos así que nos quedamos tranquilitos a compartir… ahí conocimos a la hermana de la Bárbara que vivió como 6 años en México y que tiene el acento, jajja nos reímos porque a mi ya se me pegó el acento chilote, mi chico!

Después de compartir gratamente con esta familia de chilotes, que hasta tiene cocina a leña que tanto nos encantan… nos fuimos a la casa de la Malena en Chonchi!, bien trajinado nuestro día.

En la casa de la Malena estaba la Anita y el perrito Tomás que nos recibió moviéndonos su cola. Esa noche cocinamos las tacas… no me agrado mucho cocinarlas, porque se movían mucho, así que el Pollito se aplicó y las hizo al horno.





































2 comentarios:

  1. Jajajajajajajaja "esas TACAS" vivas...
    Me agrada leer sus recorridos, porque abajo muestran el material bibliográfico visual de sus hazañas...
    Les amo!
    Anita

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  2. jueeeeeeee!!!!!, huena anita!!!, como va ese sure!!!

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